Allan Caicedo
Allan Caicedo ![]() | |
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Datos personales | |
Nacimiento | 22 de diciembre de 1951 San Pedro Sula, ![]() |
Nacionalidad | Hondureño |
Ocupación | Pintor |
Datos artísticos | |
Área | Artes Plásticas |
Educación | Artista |
Obras notables | El final de la leyenda |
Premios | |
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Allan Caicedo. Reconocido pintor hondureño.
Síntesis biográfica
Nació el 22 de diciembre de 1951 en San Pedro Sula, Honduras. Hijo de Rafael Clemente Caicedo y Margarita de Caicedo.
Estudios
Estudió la educación primaria en la Escuela San Viciente de Paúl. Comenzó la secundaria en el instituto Lasalle y los concluyó en Estados Unidos. Durante la escuela elemental tuvo manifestaciones artísticas, pues entonces le gustaba dibujar toda clase de figuras, algunas de las cuales coloreaba en forma llamativa. Al contrario de lo ocurrido en otros casos, sus maestros estimularon estas inclinaciones, de modo que a muy temprana edad le surgió la idea de hacerse artista.
Trayectoria artística
Se caracteriza por tener un discurso complejo, intrincado, podría decirse incluso que laberíntico. Sus cuadros se llenan de arriba abajo con figuras fantásticas, producto de combinaciones audaces, como los tigres y los ciervos alados, los centauros infernales y los hombres con cabezas de dominios.
No es fácil, por lo tanto, la lectura de este artista hondureño, en cuya obra sin duda alguna continúan haciendo acto de presencia las preocupaciones sicologistas de los primeros momentos. Sin embargo, una observación reposada de sus lienzos, con vistas no sólo a identificar las formas, sino también a poner en evidencia las funciones de las mismas dentro de la estructura composicional, permite descodificaciones sorprendentes.
Eso ocurre, por ejemplo, con el cuadro "El final de la leyenda", desarrollado en dos planos: el primero con una batalla de indios americanos contra sus conquistadores, descritos unos y otros en forma paradojal; y un segundo plano donde figuras humanas diminutas se mueven y actúan entre monstruos alados para subrayar el trasfondo sicológico que subyace en las acciones de las criaturas puestas en primer plano. Por supuesto, el cuadro reproduce la rebeldía india contra sus esclavizadores y evoca el final de una leyenda: la idea absurda de que los aborígenes no tenían conciencia de su realidad oprimida y que, por ello, jamás serían capaces de esgrimir una lanza. Su cuadro es, pues, una exaltación barroca del espíritu rebelde que caracteriza al hombre americano.
Obras
Pintura
- El final de la leyenda.