Bentónica
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Bentónicas. Comunidades muy diversas según la naturaleza del sustrato (roca, arena, limo) y la profundidad.
Orígen
En los fondos marinos suele reinar una estabilidad de condiciones muy superior a la propia de las aguas pelágicas, donde se encuentran el plancton y el necton, y que están sometidas a movimientos y cambios incesantes.
Fuentes de alimentación
Las principales fuentes de alimento para el plancton y bentos son orgánicos escurridizos de la tierra. La profundidad del agua, la temperatura, la salinidad y el tipo de sustrato de todos los locales que afectan bentos está presente. En las aguas costeras y otros lugares donde la luz alcanza el fondo, las diatomeas bentónicas fotosintetizadoras pueden proliferar. Los inverterados filtradores, tales como esponjas y bivalvos, dominan duro, los fondos de arena. Los depósito de los comedores, como los poliquetos, pueblan los fondos blandos. Peces, estrellas de mar, los caracoles, los cefalópodos y los crustáceos son importantes depredadores y carroñeros.
Organismos bentónicos, tales como estrellas de mar, ostras, almejas, pepinos de mar, ofiuroideos y Anémona de Mar, desempeñan un papel importante como fuente de alimento para los peces y los seres humanos.
Clasificaciones
Dentro de las clasificaciones del sistema bentónico más utilizadas tenemos cuatro regiones de profundidades progresivamente crecientes: La supralitoral o subterrestre; la costera o intermareal, también llamada sublitoral; la litoral propiamente dicha o batial, y la abisal. En estas regiones, las condiciones del medio: luz, temperatura, presión y salinidad, así como el tipo de materiales sedimentarios del fondo, van cambiando de manera gradual de acuerdo con la profundidad y la distancia de la costa, lo que ocasiona modificaciones características en la distribución de los organismos del bentos.
La región supralitoral
Esta región raramente cubren las aguas y en la que se encuentra un intenso grado de humedad ambiente, puede considerarse como la frontera entre el medio terrestre y el marino; en esta zona se localizan muchos seres de origen terrestre más o menos habituados al régimen especial de vida en las arenas o en las rocas costeras. Insectos como las llamadas cicindelas son abundantes en las dunas de las partes altas de las playas, y conviven con las pulgas de mar que son, por su parte, crustáceos marinos acomodados a la vida casi permanentemente terrestre.
Dentro de la región supralitoral, pero más próxima al agua y en parte en la zona afectada por las mareas, se encuentran adheridas a las rocas de forma íntima y encerradas en sus caparazones las Bellota de mar, crustáceos del género Balanus que resisten prolongadísimos periodos de sequía e insolación. Suelen estar también algunos moluscos como las litorinas, pequeños caracoles que tienen gran resistencia a los largos periodos de emersión.
Zona costera o intermareal
En la zona costera o intermareal, sujeta a la acción de las mareas y del oleaje, la fauna y la flora se incrementan de manera extraordinaria, tanto en lo que se refiere a la riqueza de grupos zoológicos y botánicos que la integran, como al número de individuos que la componen. Esta riqueza de grupos animales y vegetales se debe al extraordinario polimorfismo de la región en cuanto a las características fisicoquímicas y de tipo de suelo que se presentan, lo que da lugar a la existencia y desarrollo de las más diversas formas posibles de seres vivos.
Dentro de esta zona pueden considerarse, a su vez, dos tipos de fondos diferentes: los rocosos y los arenosos o fangosos, ambos poblados por gran variedad de especies distintas.
En las zonas rocosas existe un número grande de tipos de celenterados, como hidrozoarios, anémonas, abanicos de mar y corales, que cuando abundan forman los arrecifes coralinos. Son frecuentes también los moluscos de muy variados géneros, como las lapas, que se pegan fuertemente a las rocas, y los quitones, que tienen su concha formada por muchas placas.
Otros moluscos son los bivalvos como mejillones, ostras y ostiones que se adhieren directa y firmemente por su concha a los soportes rocosos de los que casi es imposible despegarlos.