Dinastía aqueménida
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Dinastía Aqueménida. Familia que gobernó Persia aproximadamente desde el 550 hasta el 330 a.C. Aunque iniciada durante el siglo VII a.C. por Aquemenes (Hakhamanish), soberano menor del reino de Anzán, situado en el suroeste del actual Irán, el verdadero fundador de la dinastía fue su biz-biznieto Ciro II el Grande, creador del Imperio Persa.
Historia
En el apogeo de su poder, con Darío I el Grande, los Aqueménidas gobernaron en un imperio que se extendía desde el río Indo, al este, hasta Libia y Tracia, al oeste, y desde el Golfo Pérsico, al sur, hasta el Cáucaso y el río Jaxartes (actual Sir Daria), al norte. Proporcionaron a Persia una magnífica administración basada en la división del Imperio en 20 provincias regidas por sátrapas, un extenso código legal, una moneda solvente y un servicio postal eficaz.
Aunque eran seguidores de las doctrinas de Zoroastro, fueron tolerantes con otras religiones y durante su mandato se desarrollaron el arte y la arquitectura, como evidencian las magníficas ruinas de Persépolis.
Ciro II
Ciro siguió la estrategia de no cambiar las estructuras administrativas de los lugares conquistados, pero sometiéndolos al poder imperial.
Disfrutó de ambas herencias iranias (persas y medas). Cuando se alzó con el poder utilizó precisamente los ejércitos medos para continuar sus conquistas. Implementó una política de perdón a los reyes enemigos, que había comenzado su abuelo Astiages, quien le envió sus ejércitos al percibir las ínfulas independentistas de Ciro.
Cambises II
Darío no fue tan clemente como Ciro y expandió el imperio y lo hizo prosperar. Dividió sus dominios en veinte satrapías encabezadas por miembros de la familia real e hizo una carretera desde la capital de Lidia (oeste de la actual Turquía) hasta Susa (la antigua capital de Elam) destinada al correo imperial.
Actualmente, el lema del correo de los Estados Unidos –Nada nos detiene, ni la nieve, ni el sol– son palabras de Darío refiriéndose a este sistema de comunicación extremadamente efectivo para la época donde a todo galope mensajeros se entregaban los mensajes cada quince millas.
Fin de los aqueménidas
Coincidiendo con la hegemonía aqueménida surgió el zoroastrismo –también conocida como mazdeísmo– en Irán pero al alzarse con la conquista de Babilonia, Ciro le rindió personalmente culto a Marduk y su sucesor se proclamó faraón en Egipto practicando la religión propia del lugar.
Muerte de Dario III
La dinastía acabó con la muerte de Darío III, que fue asesinado por sus propios hombres tras su derrota frente a Alejandro Magno en el 334 a.C.