El cartero siempre llama dos veces
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El cartero siempre llama dos veces. (The Postman Always Rings Twice). Película estadounidense. Catalogada de Cine negro, del género de suspenso. Producida en el año 1946 y basada en la novela homónima de James M. Cain. Los papeles protagónicos correspondieron a Lana Turner, John Garfield, y Cecil Kellaway.
Es la primera adaptación de la novela. En 1946 ese erotismo a flor de piel que brotaba de los actores, con su sola presencia, fue lo suficientemente inquietante, para los espectadores de aquella época.
Ficha Técnica
- Titulo Original: El cartero siempre llama dos veces.
- Dirección: Tay Garnett
- Guión: Harry Ruskin & Niven Busch (Novela: James M. Cain)
- Producción: Carey Wilson
- Música: George Bassman, Erich Zeisl
- Fotografía: Sidney Wagner (B&W)
- Reparto: Lana Turner, John Garfield, Cecil Kellaway,
- Año: 1946
- Duración: 113 minutos
- Productora: MGM
- Género: Cine negro, Suspenso,
- País: Estados Unidos
Actores y Personajes

En este filme aparecen en los papeles protagónicos Lana Turner como Cora, John Garfield como Frank y Cecil Kellaway como Nick, esposo de Cora.
Cora
Joven, bella e infeliz esposa de Nick. Vestida siempre de blanco, cautivadora, erótica, seductora.
Frank
Joven desempleado, vagabundo, que consigue trabajo en la gasolinera propiedad de Nick.
Nick
Esposo de Cora, muchos años mayor que ella. Dueño de una estación de servicio de carretera.
Sinopsis
Durante la Gran Depresión de los años 30, Frank, un hombre que vaga sin rumbo, comienza a trabajar en un bar de carretera, regentado por un hombre mayor y por Cora, su joven, bella e infeliz esposa. Pronto Frank y Cora comienzan a sentirse atraídos el uno por el otro comenzando un ardiente e irrefrenable romance.

Establecido esto se hace necesaria la eliminación de Nick, para los amantes vivir a plenitud su ardiente relación. Llegan a cometer, aparentemente, un crimen perfecto, aunque de manera irónica, encontrarán su castigo.
Sugerencia
Junto a la pareja principal destaca el espléndido trabajo interpretativo de Cecil Kellaway en el papel de marido ultrajado.
Reflexiones
El anuncio de “Se busca hombre” es el primer mensaje utilizado en el filme para dinamizar las imágenes y poder mostrar la pasión manifestada en forma directa en la novela que da pie al guión.
“Se busca hombre” porque el dueño ya mayor del restaurante, lo precisa como ayudante del negocio, asimismo Cora, su joven esposa, necesita un amante.
En medio de una gran sensualidad Frank descubre a Cora, con las piernas embaucadoras, el conjunto de short, top y turbante blancos. Una mujer blanca y quieta como una estatua. Al erotismo, la obscenidad y la ambición, Cora los demanda con la mirada. Ella asocia pureza y pecado.
Con esta primera frase Cora establece claramente las diferencias y quién llevará el control de la situación y la relación.
Desenfreno y Pasión
Una vez creada la atmósfera de la película, su director Tay Garnett, entrelaza un sinnúmero de escenas para mostrar el exuberante erotismo de sus personajes. Partiendo de ese erotismo a flor de piel que brotaba de la actriz, con su sola presencia, casi siempre vestida de blanco, fue lo suficientemente inquietante, para los espectadores de 1946 donde la censura se había negado a autorizar la filmación de la novela.
Escenas

- Cora cocina para los clientes de la fonda adosada a la gasolinera que atiende su esposo Nick. Frank Chambers llega y pide una hamburguesa a la parrilla. La llama de la hornilla, las chispas de la carne abrasada arden en el instante en que la mujer aparece y el hombre queda prendado de su cuerpo. Él mismo da la vuelta a la hamburguesa.
- Frank toma a Cora con fuerza. La tira sobre la mesa. Ella se pone de pie resistiéndose hasta que los brazos varoniles la vencen. Enfervorizada a golpe de mordiscos, Cora empuja los moldes con los panes horneados y masa cruda. Se salpica con harina y lo incita: ‘Bien, vamos’. Y abre las piernas.
- La cocina está caldeada con el ímpetu de la pasión y la violencia. Tanto el olor de la carne chamuscada como la masa traspasan la pantalla. La abrasadora secuencia transcurre cerca del horno caliente donde supuestamente el pan va a cocerse. La temperatura de la pareja fermenta como levadura. La harina se volatiza en el aire templado de erotismo. Y el pan, cómplice de la lujuria y el adulterio, permanece inalterable junto a los cuerpos, simbolizando la procreación de la vida.
Impacto y Sensura
La adaptación definitiva de “El cartero siempre llama dos veces”, novela homónima de James M. Cain es considerada una recomendable película de cine negro, superior a la protagonizada en los años ochenta por Jessica Lange y Jack Nicholson bajo dirección de Bob Rafelson. Estas son las adaptaciones más conocidas por ser indudablemente, las mejores y más fieles a la obra, aunque con ciertos matices y diferencias, entre una y otra.

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Desde la aparición de la novela en 1934, la Metro Goldwyn Mayer adquirió los derechos para cine, pero la Censura, se opuso a que se realizara con toda su crudeza y realismo la historia, de la mujer que alienta un crimen, en donde el sexo y la ambición de dinero se entremezclan.
James M. Cain en 1946 exploró muy hondo las “bajas pasiones” de sus personajes, presentándolos en una situación económica específica, como podían ser los años de la depresión económica. Con esto le dio un contexto social al eterno conflicto del triángulo amoroso, al presentarlo en forma descarnada y con pocos atenuantes o coartadas morales, a la manera tradicional de otros autores, al buscar las razones del ser de sus personajes, en cosas tan cotidianas como la necesidad de dinero. Al grado de que en un momento se vea, como algo legítimo, el deseo de Cora de deshacerse de su marido, al cual se ligó, a través de la permisible “prostitución marital”, según el lenguaje de las feministas de los ochentas.
Durante 10 años la censura se negó a autorizar la filmación de la novela, pero en ese mismo lapso, el cine comenzó, a través de las películas policíacas y algunas comedias mundanas, a ir presentando temas “fuertes”, en donde la audacia de los cineastas fue aumentando de tono. Es obvio que la misma II Guerra Mundial, con el relajamiento de costumbres que propició en los Estados Unidos, contribuyó a la apertura de la Censura, en esos años.
Ver También
- Lana Turner
- John Garfield
- Cine Negro