Filin
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Filin. Género ubicado en el ámbito de la canción cubana, que surge en los finales la década del cuarenta del siglo XX, y significó una transformación en la manera de componer y de interpretar. Influenciado por el jazz norteamericano su nombre deja claro su vínculo indisoluble a la emoción y el sentimiento
Etimología
Es una versión españolizada del idioma inglés feeling, que en su raíz etimológica significa sentimiento.
Antecedentes
Desde la década de los años 30 la música cubana había logrado una presencia universal. Según el compositor y guitarrista cubano Rosendo Ruiz Suárez: "La radio establece a través de los trovadores un diálogo, una comunicación con los oyentes. Entran a la música cubana nuevos elementos expresivos. La melodía abandona la quietud tonal, aborda las modulaciones y, armónicamente, se amplía el enlace de los acordes tonales y extratonales."
Por su parte, la Charanga danzonera utiliza nuevos recursos. El ritmo sincopado se impone en grupos de alta calidad, como Arcaño y sus Maravillas. Los viejos septetos de son se ven sustituidos por el conjunto; se abandona mucho de la ejecución y el arreglista comienza a jugar un papel primordial.
Surgen canciones que se pueden considerar antecedentes del feeling, creadas por cubanos como Adolfo Guzmán, Bola de Nieve, René Touzet, Margarita Lecuona, Facundo Rivero, Francisco Cuesta, Enrique Pessino, Orlando de la Rosa, y otros." En una casa del callejón de Hammel, cerca de Infanta y San Lázaro, donde vivían el trovador Tirso Díaz, y sus hijos Angel y Tirso, se reúne el grupo del filin integrado, principalmente, por Luis Yáñez, César Portillo de la Luz, José Antonio Méndez, Niño Rivera, Ñico Rojas, Elena Burke, Froilán Amézaga, Rosendo Ruiz hijo, Aida Diestro, Frank Emilio, etc.
Surgimiento
Casi todos coinciden en que nació en La Habana con la década de los cuarenta. Nadie intenta discutir que la cuna está en Centro Habana, en el mismísimo barrio de Cayo Hueso –cuna al parecer de unos cuantos partos de la cultura popular cubana. Y si de ser más preciso se trata, el lugar exacto está en el famoso Callejón de Hammel, una de las calles más cortas de la capital cubana, y hoy por hoy, una de las más inclinadas a la conservación de tradiciones y la aportación de nuevas vertientes. Si el vicio por la precisión se empeña -puertas más, puertas menos- en casa de Ángel Díaz se podrá encontrar el pesebre de lo que para un montón de cubanos es parte del acervo musical de la Isla y sus cayos adyacentes.
El filin fue un movimiento amplio, en su integración intervinieron autores, intérpretes, contando con el decisivo aporte de arreglistas, entre ellos Bebo Valdés, Niño Rivera Pedro Jústiz (Peruchin).
Características
"Musicológicamente - prosigue Ruiz- puede decirse que en las canciones del filin la melodía es consecuencia de la amplia gama de recursos técnicos que caracterizan a la trova tradicional (desarrollada por lo general en el marco de un tranquilo diatonismo) y aborda el impresionismo debussista, que llegaba pasando por el filtro de la música norteamericana. La canción, temáticamente, se hace íntima, llena de imágenes, poética. Más que cantarse, se expresa, se dice [...] dando libertad al intérprete".
Principales exponentes
Ángel Díaz, José Antonio Méndez, César Portillo de la Luz, Tania Castellanos ( buena compositora y promotora de tantas ideas a favor del filin junto a su esposo Lázaro Peña, famoso líder sindical –llamado Capitán de la Clase Obrera- tan preocupado por la cultura como por los reclamos de los trabajadores. A instancia de Peña, los “filineros” fundaron Musicabana, una disquera que salvó muchos temas de la absorción de los emporios transnacionales.
Otros cultivadores del género
Rosendo Ruiz Quevedo, Ñico Rojas, el antológico dúo autoral de Piloto y Vera, Jorge Mazón, Frank Domínguez, (más dado al piano) y otros nombres que pusieron lo suyo como Elena Burke, Omara Portuondo y que después, con la fuerza de la nueva generación, fundaron, desarrollaron y dieron madurez al Movimiento de la Nueva Trova. Un nombre basta para demostrarlo: Pablo Milanés. Otra voz contemporánea prolifera y enriquece de forma impetuosa este género: Osdalgia Lesmes.