Oración compuesta

Oración compuesta
Concepto:Si en la emisión de su discurso el hablante emplea más de una oración gramatical, más de un mensaje y están separadas por una pausa o inflexión interior, (nunca descendente) y estas guardan una estrecha relación se está en presencia de una oración psicológica compuesta.

Oración compuesta. Se denomina oración compuesta a una oración que tiene más de un verbo o, dicho de otro modo, a una cualidad sintáctica formada por dos o más oraciones gramaticales que se han combinado entre sí mediante diversos nexos o elementos de relación (conjunciones, locuciones conjuntivas, adverbios, pronombres relativos, etc.)

Clasificación de las oraciones compuestas

  • Oración compuesta por coordinación: Dos (o más) oraciones de la misma entidad (ninguna es más “importante” o de mayor nivel que la otra) se unen entre sí por medio de conectores (nexos, enlaces) que hacen explícita la naturaleza de esa relación. Los nexos son independientes de ambas oraciones, y estas tienen la misma entidad y comportamiento que si fueran independientes. Así se habla de nexos (y oraciones) de tipo copulativo, adversativo, (distributivo), disyuntivo o explicativo.
  • Oración compuesta por subordinación: Una oración (o proposición) se integra en otra realizando en ella una función gramatical (sujeto,complemento del nombre,atributo, término de preposición, complemento circunstancial...), Es decir, la oración secundaria actúa en ella de la misma manera en que lo haría un sintagma. De ahí que las oraciones que actúan como Suj., CD, Atr., CN o Término de preposición, funciones características del sintagma nominal, reciban el nombre de Oraciones (o proposiciones) sustantivas o completivas; aquéllas que actúan como complemento de un nombre, función típica de un sintagma adjetival, son llamadas Oraciones adjetivas o de relativo y, finalmente, se engloba bajo el nombre de Oraciones adverbiales o circunstanciales a todas aquellas que desempeñan la función de complemento circunstancial, función habitual del sintagma adverbial. Dentro de las OO. subordinadas adverbiales se ha incluido tradicionalmente un grupo de oraciones que, en puridad, no desempeñan una función gramatical dentro de la oración que las engloba, sino que actúan como modificadoras del conjunto de la otra sin desempeñar ninguna función sintáctica dentro de ella. Cuando sucede esto, existe una oración principal cuyo significado es modificado por otra de significado secundario, la oración subordinada. en este grupo encontramos las oraciones subordinadas comparativas, condicionales, consecutivas, causales, concesivas y finales.
  • Oraciones yuxtapuestas: se dice que dos o más oraciones están yuxtapuestas cuando entre ellas no existe nexo alguno, pese a lo cual podemos interpretar que la relación entre ellas es del mismo tipo que la que hay entre las coordinadas o las subordinadas. Dicho de otra manera, son oraciones compuestas por coordinación o por subordinación pero entre ellas no hay ningún nexo explícito.

Oraciones compuestas por coordinación

El hablante no siempre se vale de períodos en los que las oraciones que en él aparecen están mediadas por relaciones asindéticas; a veces la construcción de estas se va complejizando en dependencia de su intención y finalidad. De ahí que las estructuras que en el orden semántico utiliza, lo obligan al uso de determinados elementos formales para que en el texto o mensaje se logre expresar lo que se necesita o se desea.

Esto permite asegurar que en los juicios o elementos oracionales el que habla suele suceder unos u otros elementos por una simple adición, ya sea afirmativa o negativa; puede que en esos juicios se expresen diferencias que en ocasiones sean contradictorios; por otra parte, puede ocurrir que las ideas que se exponen expresen oposición parcial o total entre ellas; puede que el hablante exprese una contrariedad o contradicción. Todo lo anterior ocurre, en muchas ocasiones, en un mismo período o enunciado, es decir, aquel que se comunica expresa varias ideas o juicios, oraciones gramaticales, en las que la relación que entre ellas se establece es de coordinación y que esta relación de coordinación puede ser copulativa, disyuntiva, distributiva o adversativa.

La Real Academia caracteriza las oraciones coordinadas desde el punto de vista semántico, como conjuntos cuyos elementos se suman (copulativas), alternan entre sí o se prestan a una elección (disyuntivas) o se oponen de diversas formas (adversativas).

Asimismo estos gramáticos caracterizan las oraciones coordinadas desde lo formal como una operación que consiste en unir dos o más elementos mediante una o más conjunciones sin establecer entre ellos una relación jerárquica. El resultado de la coordinación es un grupo sintáctico que posee la misma categoría gramatical que los elementos coordinados y puede realizar, en consecuencia, las mismas funciones sintácticas que cada uno de ellos.

Los siguientes textos permiten ver el uso de este tipo de composición que generalmente comunican al texto una gran carga emotiva (sintaxis emotiva): “Bolívar fue un hombre de acción, pero en sus escritos se nos revela un notable poeta. ¡Qué hermoso su poema “Mi delirio sobre el Chimborazo”! Era Bolívar rico de cuna, mas en su condición humana, fue un hombre de pueblo. Mucho le debe nuestra América a ese extraordinario patriota.” (Libro de texto 9no, 1991: 196)

Todo lo dicho hasta aquí permite plantear que si bien en las oraciones compuestas por yuxtaposición las oraciones establecen relaciones sin que entre ellas media nexo gramatical alguno y logran una fuerte emotividad, en la oración compuesta por coordinación el nexo que las relaciona dentro del período serán las conjunciones ya sean las copulativas, las disyuntivas y las adversativas y también cumplen la función emotiva.

Las coordinadas copulativas: Expresan relaciones de simple suma de juicios o ideas expuestas por el que habla (semántico). Se caracterizan por la presencia, como elemento conector de las conjunciones copulativas: y, e, ni (formal). La conjunción y se emplea cuando las oraciones que se suman son afirmativas; cuando por el contrario, las ideas que se relacionan son negativas entonces la conjunción que relaciona es ni. Por ejemplo: Los estudiantes escuchaban, escribían y pensaban. Obsérvese que si los elementos afirmativos relacionados son más de dos la conjunción únicamente va a preceder al último término. Lo mismo pudiera ocurrir con la conjunción ni, por ejemplo: Nunca piensa, explica, ni ofrece respuesta alguna. Sin embargo, el que habla suele repetir ni delante de cada idea con el fin de realzar el carácter negativo de lo que se dice: Ni cantaban, ni bailaban, ni reían, ni soñaban.

En ocasiones sucede lo mismo con la conjunción y, obsérvese: “Y a cada paso un quejido y a cada quejido un palo, y a cada muestra de desaliento el brigada que persigue al triste, y lo acosa, y él huye, y tropieza, y el brigada lo pisa y lo arrastra, y los cabos se reúnen, y como el martillo de los herreros suena uniforme en la fragua, las varas de los cabos dividen a compás las espaldas del desventurado”. Como se puede apreciar, en el ejemplo anterior se ha empleado el polisíndeton, figura retórica cuya intención es ofrecer de manera más intensa y creciente la suma de las ideas que se exponen. La única intención que se persigue con el empleo reiterado de la conjunción y es producir el efecto de enumeración sin límites o muy crecida.

Otro rasgo formal es que la conjunción y puede emplearse al comienzo de la oración psicológica. Este uso trae como resultado que en el orden semántico la conjunción adquiere un valor enfático, es decir, el que habla enlaza lo anterior con lo nuevo que expone no solo por cuestiones de lógica, sino por razones afectivas con lo anteriormente dicho o pensado, se le suele llamar enlace extraoracional o conectivo pragmático. Garantiza como recurso cohesivo la hilación del discurso Ej.: -¿Y un sueño, qué es?/-¿Un sueño?...Pues…sueño…/Dejemos la lección para mañana.

En ocasiones suele suceder que en oraciones compuestas donde la relación entre una y otra idea se establece por una conjunción copulativa y el tiempo de la primera forma verbal sea anterior al tiempo de la segunda, se puede considerar esta relación como consecutiva y no copulativa.

Existe una condición para clasificar la oración psicológica en compuesta por coordinación copulativa y es que se hace necesario que los juicios o términos copulados sean todos afirmativos o negativos, porque si esto no ocurriese así la idea que se da a la coordinación cobra carácter adversativo. Por ejemplo: Eres muy inteligente y no me engañarás. La conjunción que tiene valor copulativo en procesos reiterados: Dale que dale; teje que teje todo el día.

Las coordinadas disyuntivas: Expresan una disyunción; el hablante que las emplea intenta expresar la necesidad u obligación de decidir entre dos o más opciones, por lo que en la relación que establece entre los términos, juicios o ideas que expone necesita excluir uno de ellos de los demás, es decir, pretende separar, desunir una oración del resto de las del período. Véase el siguiente ejemplo: Compréndeme o tomaré sola la decisión; Cállate o te dejaré con la palabra en la boca. Para lograr lo anterior el que habla hará uso de la conjunción o, los ejemplos anteriores así lo evidencian; el verbo de la oración puede concertar en singular con uno de los sujetos, pero también puede concertar con ambos en plural, por ejemplo: Una u otra iremos a la actividad científica; Uno u otro asistirá a la conferencia.

En ocasiones puede suceder que el hablante comience su oración psicológica anteponiendo la conjunción disyuntiva: o te callas o te vas; “O arráncame el corazón o ámame, porque te adoro” (Zorrilla).Pudiera ser que la disyunción se produzca entre más de dos términos u oraciones, si así ocurriese la conjunción puede igualmente repetirse delante de cada uno de ellos o preceder al último: O entras o sales o te vas, en la puerta no puedes estar parada.

Existen situaciones en las que el que el hablante emplea la conjunción o no para expresar con ello una disyunción, sino por el contrario su intención es expresar equivalencia para aclarar algún concepto expuesto: Cuba o Puerto Rico; las Antillas caribeñas. Este uso permite asegurar que se pierde, en estos casos, la significación disyuntiva y puede sentirse como una conjunción copulativa y: Acá o allá estoy siempre dispuesta; Come o bebe lo que quieras.

Cabe aclarar que si la conjunción precede a una palabra que comienza con o, se torna en u para lograr la eufonía.

Las coordinadas adversativas: A diferencia de la clasificación anterior y de la expresión de coordinación en un discurso, las oraciones compuestas por coordinación adversativa expresan una contrariedad de los juicios, tienen conjunciones propias, con las cuales aparece más clara la contrariedad de estos: mas, pero, sino, empero, etcétera. No siempre la contrariedad de las ideas se debe a la presencia en el discurso de ideas o palabras negativas, sino el que habla expresa oposición en los significados de las ideas que expone: Amaba a sus hijos con pasión, pero no lo decía.

Esta oposición de ideas que se expresan a través de las oraciones adversativas suele lograrse por medio de adverbios de negación, o de algún adjetivo o pronombre negativo.

La contrariedad de las dos oraciones gramaticales puede ser parcial, es decir, el que habla expresa una corrección o restricción en el juicio de la primera oración, pero no son incompatibles, cuando esto ocurre se dice que la coordinación es restrictiva: No baila, pero se divierte. Puede ser que la contrariedad sea total, para que esto suceda debe haber incompatibilidad entre ambas oraciones, de manera que la oración afirmativa excluya de manera total a la negativa, entonces la coordinación es exclusiva: No es mi criterio, sino el tuyo.

Se considera necesario explicar la significación de cada una de las conjunciones para poder entender la diferencia entre cada una de ellas y los puntos de relación. Cabe aclarar que, según Gili y Gaya, estas conjunciones se formaron todas en español:

Mas: Es una conjunción restrictiva atenuada. Se usa con mayor frecuencia en el lenguaje artístico o literario, en la que alterna con pero. El propósito del uso que se hace de ella es para evitar la repetición de pero, cuando en un discurso aparece este más de una vez. Según se plantea no es muy usual que se emplee en el habla corriente, de ahí que su empleo comunica cierta distinción selecta.

Pero: Como se planteó anteriormente su uso es restrictivo, sin embargo, en los textos de la literatura clásica su uso es excluyente. Se emplea con mucha frecuencia al inicio de las oraciones o ideas. Esto ocurre cuando el hablante quiere dar énfasis a lo que dirá a continuación y con ello expresa sorpresa, extrañeza, asombro, o se pretende irrumpir en la conversación o en lo que se quiere decir con una frase exclamativa con la que pierde todo valor adversativo: ¡Pero mira quien está allí! Pero ¿cómo has podido cambiar así?

Empero: Esta conjunción ya no se usa, solo en el lenguaje literario. Puede emplearse en primer o segundo lugar de su oración: Siempre quisimos favorecer la buena causa; empero no siempre tuvimos ocasiones para ello… (Gili y Gaya, 1968: 282)

Aunque: Algunos gramáticos la consideran una conjunción subordinante concesiva por su significado originario, sin embargo, su empleo como adversativa se hace frecuente por los puntos de contacto que existen entre ambas significaciones: Es muy inteligente aunque no lo parece.

Sino: Se emplea generalmente como una conjunción excluyente, aunque en ocasiones puede ser usada como restrictiva. En su uso más general, la conjunción sino contrapone una idea afirmativa a otra negativa, donde una excluye totalmente lo afirmado en la última idea. Existen en el plano formal y semántico ideas que refuerzan el sentido exclusivo: al contrario: No había suspendido, al contrario, fue el mejor de su clase.

Otro rasgo formal es que los verbos de las dos oraciones pueden ser diferentes o se puede repetir este verbo en las dos oraciones. Si el hablante emplease dos formas verbales diferentes o las repite en una misma oración psicológica compuesta por esta coordinación puede agregársele que al discurso, es decir después de sino puede aparecer la conjunción que: No se conformaron con una semana de vacaciones, sino que se ausentaron tres días más.

Ahora bien si el que habla desea suprimir que de su enunciado y mantener sino, es correcto, así como si pretende eliminar el sino y dejar el que. Con ello no se pierde el sentido adversativo de la idea:”No corta el mar, sino vuela el velero bergantín” (Espronceda), puede decirse no corre sino que vuela; no corre, que vuela; no corre, vuela (esta última es por yuxtaposición). (Gili y Gaya, 1968: 215)

En la lengua española son varias las frases conjuntivas y los adjetivos y adverbios con significados adversativos:

Restrictivas: sin embargo, no obstante, con todo, más bien, fuera de, excepto, salvo, menos. Exclusiva: más que, antes bien, que no.

Las conjunciones sin embargo, no obstante y con todo indican transiciones en el sentido general del discurso. El hablante que las emplea hace referencia a todo lo dicho antes, sobre todo cuando se comienza la idea con ellas.

Oración compuesta por subordinación

Las oraciones subordinadas existen porque se halla una oración principal o regente, de la cual ellas forman parte y guarda con ella la misma relación que los verbos de una oración simple guardan con los elementos que la conforman. De ahí que para comprender la existencia de las oraciones subordinadas lo primero que se debe saber es que ellas forman parte de una oración subordinante y que realizan en ella cualquier función sintáctica, igual que cualquier elemento de carácter sustantivo, es decir, sujeto, complemento del sujeto; atributo, complemento del atributo; complemento del verbo: directo,; complemento de sustantivo de un adjetivo, por esa razón es que se clasifican en subordinada sustantiva, adjetiva y adverbial. Esto demuestra que ellas no son un elemento ajeno dentro de la principal, sino están “incrustadas “en la oración principal, ellas se insertan en segmentos más amplios que las contienen.

Oraciones subordinadas sustantivas: Son aquellas que realizan dentro de la principal las mismas funciones que un sustantivo dentro de la oración simple, por lo que pueden encontrarse funcionando como SNs, como CD, CI, C. prep. de un sustantivas o de un adjetivas. Ellas no designan personas, animales, lugares ni objetos físicos, sino nociones más abstractas, en particular hechos, contingencias o estados de cosas.

Para su estudio, la nueva gramática propone que se agrupen atendiendo a la estructura y a la función que desempeñan. Los autores de este libro consideran prudente conocer estos criterios por considerarlos actualizados.

Por su estructura pueden ser clasificadas en: declarativas o enunciativas: introducen contenidos que se declaran o se enuncian, ya sean afirmativos o negativos, en el sentido de que no se interrogan; interrogativas indirectas: denotan, en cambio, preguntas, alternativas y otras formas de seleccionar opciones, pueden ser divididas en parciales y totales, (véase el capítulo referido a las oraciones por la actitud del hablante); exclamativas indirectas.

Esta clasificación de las oraciones subordinadas atendiendo a su estructura guarda estrecha relación con la clasificación de las oraciones por la actitud del hablante, por esa razón se hizo necesario tenerla en cuenta.

Se caracterizan desde lo formal por estar introducidas por una conjunción subordinante, la cual no relaciona elementos a un mismo nivel, sino que hace depender el segmento al que preceden (generalmente oracional) de otro (verbal u oracional). Este segmento que se introduce con la conjunción subordinante, que, no es más que la oración subordinada, complementa en muchas ocasiones a la oración principal y en otras ella es uno de los dos miembros de algún período.

Desde el punto de vista funcional o sintáctico se asimilan a los demás segmentos nominales: En función de sujeto: Conviene que aproveches el tiempo – Conviene aprovechar el tiempo. Fíjese que pueden estar estructuradas por una forma no personal.

En función de CD: Esperamos que llegues atiempo. Funcionan como CD dentro de la oración principal. El hablante al emitir su discurso puede hacerlo de dos maneras en estilo directo o en estilo indirecto, es decir, el que habla refiere de manera textual alguna idea o criterio sobre algo que recibe de manera directa la acción que expresa la forma verbal de la oración regente, sin embargo, en ocasiones el que habla se refiere a lo dicho por otro utilizando sus propias palabras.

Cuando aparecen en estilo directo, se expresan, desde lo formal, en relación yuxtapuesta, es decir, la regente y la regida se presentan una junto a la otra sin que haya nexo. Ej.: Martí dijo: Los niños son la esperanza del mundo. En las de estilo indirecto se caracterizan por tener presente la conjunción subordinante que, que puede, en ocasiones ser sustituido por como. Ej.: Martí dijo que los niños eran la esperanza del mundo.

A veces se omite la conjunción que en las subordinadas sustantivas, casi siempre cuando funcionan como complemento directo. Esta omisión era mucho más frecuente en el lenguaje epistolar, en el jurídico y en el administrativo, pero también en otras variedades formales de la lengua escrita. Esta omisión puede darse con subordinadas en subjuntivo y con subordinadas en indicativo. Entre los verbos que admiten la omisión de que con subordinadas en subjuntivo se destacan los que denotan petición, mandato y otras formas de influencia. Ej. : Solicito responda mi carta. A este grupo se puede agregar el verbo agradecer que puede omitir la conjunción que cuando introduce peticiones que se agradecen por anticipado. Véase el ejemplo: Agradeceré haga conocer nuestra satisfacción con la investigación realizada.

En función de término de preposición: La cuestión de cómo se sale exitosamente es la preparación; La cuestión de cómo salir exitosamente es la preparación. En este caso, la oración subordinada sustantiva puede ejercer diversas funciones sintácticas: complemento del nombre (la idea de que recojan toda la mercancía); del adjetivo (partidario de que mejoren la comida).

Cabe aclarar que existen oraciones independientesde carácter optativo o exhortativo con valor exclamativo, en especial con subjuntivo: ¡Qué se repita! ¡Qué te esperes! Deben ser consideradas oraciones subordinadas sustantivas, pues supone que el que habla las utiliza y se sobreentiende que ellas dependan de alguna forma verbal como decir, repetir o algún verbo de naturaleza volitiva como querer o desear.

Otro rasgo que caracteriza a las oraciones subordinadas sustantivas es la concordancia temporal que se da entre las oraciones, es decir, entre la principal y la subordinada sustantiva.

Subordinadas adjetivas: También se denominan subordinadas de relativo, están encabezadas por un pronombre o adverbio relativo, o bien por los grupos sintácticos que estas voces forman. Ellos son que, quien y cuanto (el último también usado como adjetivo o determinante: Préstame cuantos libros tengas), el cual/ la cual/ lo cual/ las cuales / los cuales. El relativo que no posee flexión, es decir número ni género; el pronombre quien se flexiona en número (quien / quienes), mientras que cuanto lo hace en género y número (cuanto / cuanta / cuantos / cuantas).También son relativos el cuyo, que presenta variantes flexivas de género y número y que actúa siempre como adjetivo, concordando con el sustantivo que le sigue. Como se puede apreciar reciben también el nombre de oraciones de relativo, pues reproducen al sustantivo y además sirven de nexo conjuntivo entre la oración principal y la subordinada.

Se caracterizan por modificar a un segmento (sustantivo, palabra sustantivada, etcétera.) que las precede en el discurso donde aparecen y que recibe el nombre de antecedente. Los pronombres y los adverbios relativos son los que van a reproducir a este antecedente. El antecedente de la subordinada es en muchos casos un grupo nominal, pero pueden serlo asimismo los pronombres o toda una oración. El antecedente de la oración subordinada puede además, estar incorporado en el significado del pronombre. Entre el antecedente y el elemento relativo se da una relación anafórica de manera que el contenido léxico de aquel, del pronombre relativo, se reproduce en la subordinada y realiza en ella determinada función sintáctica, por ejemplo: el libro que consulté, el relativo que reproduce el contenido de su antecedente (libro) en la subordinada subrayada el libro que consulté. En cambio, entre la oración subordinada y su antecedente nominal se da la misma relación que entre un adjetivo y el sustantivo, por ejemplo: La niña que tiene los cabellos largos miraba la obra atentamente, la oración subrayada, funciona como un adjetivo dentro de la oración, pues es ella quien modifica al sustantivo la niña que funciona como sujeto y núcleo del sujeto de esa oración.

Las sub. Adj. aparecen expresadas de dos maneras diferentes, que dependen de la forma en que la oración ejerce su función modificadora. Si la subordinada aparece directamente junto al grupo nominal constituye un modificador del antecedente y por lo tanto se obtiene una subordinada especificativa, como la subrayada en Los exámenes que entregaron a los estudiantes estaban muy bien elaborados. Si se trata de un modificador, que después de una pausa explica una característica o elemento del sustantivo o elemento nominal al que acompaña, se está en presencia de una subordina adjetiva explicativa, como la subrayada en Los exámenes, que entregaron a los estudiantes, estaban muy bien elaborados. Algunos gramáticos llaman a esta oración subordinada explicativa, ellas se limitan a añadir una cualidad al antecedente. La diferencia fundamental entre ambas radica en que las primeras precisan la denotación del grupo nominal del que forman parte, es decir, están restringiendo el concepto del antecedente mientras que las segundas agregan cierta información, externa a ese grupo, que la completa, añaden una cualidad al antecedente. Ambas se caracterizan, además, por rasgos entonativos diferentes. Las explicativas se distinguen en la escritura por ir entre comas, como sucede generalmente con los elementos explicativos.

Como se ha señalado son introducidas por un pronombre relativo, que reproduce a su antecedente y que realiza dentro de la subordinada una determinada función sintáctica diferente de la que tiene en la oración principal.

Es conveniente aclarar que se sigue el criterio de Bello, para algunos gramáticos, calificado de historicista en que el artículo recobra su valor de pronombre demostrativo y se erige en antecedente de construcciones como: Los que llegaron temprano, lo tendrán. Los será el sujeto de lo tendrán; lo mismo sucede en este ejemplo: Lo que te digo, es lo correcto. Estos ejemplos corresponden a cuando el artículo y el pronombre relativo corresponden a dos palabras diferentes.

Otro caso sería: Leo unos libros en los que los protagonistas son invencibles en la lucha. Ahí el artículo forma parte del pronombre relativo: los que, por medio del cual “se determina si es sustantivo o adjetivo, y cuál es, en cuanto adjetivo, su género y número.” (Bello, 1978:121) Por lo tanto, son un solo elemento gramatical. El antecedente de este pronombre relativo es libros.

En el siguiente ejemplo: La jefa de disciplina no realizó la actividad metodológica, lo que incidió en que el resto de los profesores no estuviera preparado.

En el ejemplo citado, lo que es un pronombre relativo, expresa el carácter neutro del relativo. En ocasiones a la persona que habla no le interesa dar a conocer un antecedente y aun así emplea una oración de relativo, lo hace porque lo desconoce o porque quiere callarlo o bien porque es sobreentendido por la persona con quien se habla, por lo tanto el hecho de que no aparezca explícito no ofrece dudas para el que escucha, lee o intercambia. Véase los siguientes ejemplos: Quien merece, no pide; Quienes quieran quedarse, que se queden. Como se puede apreciar ofrecen ideas muy generales de ahí que se le denomine relativa de generalización.

A estos casos se les llama de antecedente callado y así decía Bello:”la culpa no fue tuya; sino de quien te aconsejaba:”; este quien quiere decir la persona que; y es un relativo que lleva en sí mismo su antecedente.”

Otro aspecto a tener en cuenta en el estudio de la subordinada adjetiva es la concordancia. Como se ha explicado el relativo cuyo concuerda con la cosa poseída y el resto de los pronombres relativos concuerdan con su antecedente. Muchos gramáticos plantean que cuando la oración principal es de predicado nominal, el verbo de la subordinada puede concertar con los relativos el que y quien, o bien con el sujeto de la principal. Véase el siguiente ejemplo: Yo fui el que contestó o Yo fui el que contesté; Yo soy quien lo niega o Yo soy quien lo niego. Existen otros aspectos discursivos que se han de tener presente, que son presentados por la Nueva gramática de la lengua española y que son oportunos tenerlos en cuenta en este estudio, si bien se ha planteado en este libro el estudio de cada estructura desde lo semántico, sintáctico y pragmático.

Como tienen carácter de modificadores del nombre o sustantivo, las relativas especificativas tienen valor temático o remático en función de las propiedades del grupo nominal en el que se encuentran. Si estas subordinadas concurren en el interior de grupos nominales que constituyen el tema de la oración, entonces su valor es temático, por ejemplo: Al caballero que vamos a ver sus compadres le llaman Bejarilí.

Resulta frecuente que las subordinadas adjetivas especificativas se interpreten como REMA cuando aparecen en el interior de un grupo nominal indeterminado situado al final de la oración, sobre todo si la subordinada expresa alguna valoración. Así, la contribución informativa del antecedente de la relativa es mínimo en el texto siguiente, y el de la subordinada, máximo: Una amante es una persona que entra y sale sin tener que dar explicaciones, y mucho menos de carácter sentimental. También es remática la relativa especificativa que aparece en el ejemplo siguiente: Candela es una señora que me gusta muchísimo de siempre, en la que forma parte igualmente de un atributo.

De igual forma plantea la Academia que es asimismo posible interpretar como remas las relativas especificativas que forman parte de grupos nominales definidos, como en Viajaremos en el tren que llega a las doce y cuarto. El rema puede ser aquí todo el grupo nominal que funciona como término de la preposición locativa en, si el interlocutor ignorara previamente el medio de locomoción del viaje (por ejemplo, si la oración fuera respuesta a ¿Cómo vendrán ustedes?), pero también puede estar representado únicamente por la subordinada, si el oyente ya conocía dicho medio (por ejemplo, si se usara como respuesta a ¿En qué tren vienen?).

Sobre las relativas explicativas aseguran que estas forman una unidad de contenido independiente de naturaleza incidental, lo que permite que la información que introducen se pueda interpretar como un acto verbal diferente del que introduce la oración principal, quiere esto decir que puede ser posible que en la oración subordinada explicativa el que habla emita un juicio no verdadero, sin embargo, esto no cambia el valor de verdad de la oración principal, sin embargo, si la oración relativa fuese especificativa y fuese falso el criterio que en ella se expone entonces quedaría alterado todo el valor de verdad de toda la oración.

Asimismo explican que las relativas especificativas aparecen en ocasiones sin su antecedente formando un enunciado independiente. Ejemplo de ello son muestras de esta pauta en los contextos de respuesta, en los títulos de los capítulos, en las acotaciones de las obras teatrales y en otros contextos similares: Aquellos ojos tiernos, acuosos, esperadores, que lo bañaban siempre en su cercanía y en su lejanía. Que tenían esa facultad sorprendente y única: le acercaban lo lejano, le alejaban lo cercano

Las relativas con antecedente oracional no suelen formar enunciados independientes, pero pueden hacerlo cuando constituyen fórmulas estereotipadas que se añaden, a modo de coletillas, para expresar la opinión del hablante: que no es poco, que no está mal, que no es cualquier cosa, etc.

Subordinadas adverbiales: La Academia considera a la oración subordinada adverbial como el grupo más complejo dentro del estudio de la subordinación en el idioma español, por lo polémico de ese contenido. Ellos reconocen que existen tres problemas fundamentales a tener en cuenta en el estudio de las adverbiales, los cuales son: El primero es el hecho de que el paralelismo con los adverbios en los que se basa esa denominación es inexacto y puede estar forzado. El segundo se fundamenta en que la clase de las subordinadas adverbiales da lugar a cruces, solapamientos o traslapes con otras clases de oraciones. El tercero alude a la estructura interna de las llamadas subordinadas adverbiales.

Las oraciones subordinadas adverbiales actúan como un adverbio, modifican cualitativa y cuantitativamente a la oración principal. Sucede lo mismo que con el resto de las subordinadas, el que habla no logra expresar su criterio con solo un adverbio, sino se vale de una estructura más compleja, es decir una subordinada con verbo conjugado que modifica a la forma verbal de la oración principal de la que forma parte y no solo a esta sino a toda la oración. Por tanto, ellas se enlazan entre sí mediante la relación entre un elemento de la oración principal y otro que figura en la subordinada.

Las oraciones subordinadas adverbiales de lugar: usualmente van introducidas por el adverbio relativo donde. Ej.,: El deber de un hombre está allí donde es más útil.

Son diferentes los términos que pueden introducir las adverbiales de lugar, es decir, donde puede ir acompañado de preposiciones que desde el punto de vista semántico le da determinado significado: adonde, cuando se escribe en una sola palabra indica lugar de destino:(Iré adonde tú sabes); de donde, de procedencia u origen: (Viene de donde nació); por donde, el lugar de tránsito: (Todavía no sabemos por donde ha entrado); hacia donde, dirección:(Tú sabías hacia donde nos dirigíamos); hasta donde, el límite del movimiento(Todos conocíamos hasta donde la crecida del río podía llegar); en donde y donde expresa permanencia o reposo (Nos dimos cita en donde estaba el teatro América).

Las oraciones subordinadas adverbiales de tiempo: Su función es situar temporalmente la acción principal en relación con la subordinada. Si los tiempos del verbo utilizados por el hablante son insuficientes para expresar los matices de esa relación entonces los adverbios que en estas oraciones se emplean se ocupan no solo de señalar que la relación existe sino de indicarnos, también, si las acciones expresadas en el mismo tiempo se conciben como simultáneas o sucesivas y si esta última es mediata, inmediata o reiterada, por ejemplo: Cuando expuso no se escuchó una voz (simultaneidad); Después que expuso no se escuchó una voz (sucesión mediata); Siempre que exponía no se escuchaba una voz (reiterada). Si los tiempos empleados por el que habla son diferentes y no pueden coincidir, la función de los adverbios se limita a expresar matices de la sucesión.

Los nexos que expresan la simultaneidad de los hechos son: cuando, mientras, mientras que, mientras tanto; en tanto que, tanto… cuanto, cuanto, entretanto que. Si los tiempos del verbo no pudieran ser simultáneos el adverbio cuando pasa a significar anterioridad inmediata: Cuando hubo terminado se calló. Igualmente puede ocurrir si se tratase de acciones perfectivas que lógicamente han de sucederse: Cuando concluya su discurso hablaré.

La sucesión más o menos mediata se expresa con los siguientes nexos conjuntivos: en cuanto, apenas, apenas… cuando, aun no, no bien, ya que, luego que, así que, tan pronto como, etc. La sucesión de anterioridad se expresa por primero que y antes (de) que. La posterioridad por después (de) que. En el caso de desde que indica el punto de partida del tiempo subordinado: Hasta que, el término.

En relación con el uso de los tiempos verbales puede explicarse que se emplea el subjuntivo cuando se trata de tiempo futuro. Las oraciones con el adverbio mientras admiten con frecuencia el modo indicativo, aun tratándose del tiempo futuro: Mientras les durará el dinero todo irá bien. Sin embargo, las oraciones en las que se emplea antes (de) que llevan siempre el verbo en subjuntivo: Antes de que me lo dijeras ya alguien lo había hecho. La razón del empleo del subjuntivo se debe a que la oración principal es anterior a la subordinada, y por lo tanto esta resulta relativamente futura.

Las oraciones subordinadas adverbiales de modo: Son aquellas en las que el interlocutor expresa circunstancias de modo en relación con la oración principal, es decir, relaciones de comparación y relaciona modificaciones modales de la acción verbal, es decir, conceptos adverbiales. Esta comparación que es empleada en estas oraciones denota siempre igualdad o semejanza.

Se enlazan por medio de como: Habló como lo imaginaba/ Lo anoté según me lo fueron explicando. / Explicó mesuradamente, como corresponde a un hombre de su cultura; Lo hizo así como se le había indicado; Contesto con la firmeza, como era de esperar.

Si el verbo de la oración principal y el de la subordinada son iguales, pueden repetirse, pero lo normal es que no se repita, sino que se enuncie una sola vez: Mi verso es como un puñal. Existe momentos en que como puede ir unido a la conjunción condicional si seguida de subjuntivo formando oraciones intermedias modales- condicionales: Lo dijo como si fuese el fiscal del caso.

Oración compuesta por yuxtaposición

Es conveniente recordar que se está en presencia de una unidad psíquica determinada por el intervalo descendente de la entonación antes de la pausa. Por lo que se van a clasificar así a las oraciones asindéticamente incluidas en una oración psicológica.

Uno de los rasgos que la caracteriza es la presencia de dos o más oraciones sucesivas en las que existe una estrecha relación y que para ello es indispensable que la inflexión final de los grupos fónicos, anteriores al último si existiese más de uno, sean ascendentes o que su entonación termine en semicadencia.

Cabe recordar que para el estudio de las oraciones yuxtapuestas desde el lenguaje escrito, la existencia de la oración compuesta por yuxtaposición dependerá de la interpretación que el lector le dé al discurso y solo el contexto y la puntuación empleada por el escritor le permitirá al lector determinar el sentido que el autor le ha dado.

Este rasgo permite asegurar que se clasificará en oración compuesta por yuxtaposición, aquellas oraciones asindéticas que forman período, es decir, sin nexos gramaticales que las relacionen.

Otro rasgo que distingue a la oración yuxtapuesta es que en todo período compuesto por oraciones asindéticamente relacionadas, hay en ella una oración fonéticamente reforzada, y este refuerzo fonético expresa mayor importancia psíquica. Por lo que se puede plantear que no es justamente por el orden de colocación de las ideas que se exponen.

Explíquese lo anterior con el objetivo de que sea comprendido mejor. En ocasiones se piensa que las palabras y las ideas en un discurso ocupan un lugar en la estructura formal en dependencia de los intereses de la persona que habla, criterio que no es errado, es decir, el hablante en ocasiones suele poner en primer lugar aquello más importante que quiere significar y esto se hace más evidente en aquellos discursos donde lo afectivo es más marcado y el lector o el que escucha puede descubrirlo o reconocerlo. Sin embargo, cuando el período está compuesto por relaciones asindéticas son los rasgos fonéticos de la elocución quienes indican siempre la oración que se ha sentido como más importante del período. Los caracteres fonéticos que permiten asegurar lo anterior son: refuerzo del acento intensivo; elevación de la entonación; alteración del tempo, acelerando o retardando. Esta oración fonéticamente reforzada expresa mayor importancia psíquica, por lo tanto el contexto, la intención y finalidad con la que se comunique el hablante es lo que permite confirmar lo expuesto.

Puede concluirse con la seguridad de que dentro del período hay siempre una oración psíquicamente dominante a la cual el resto se va a supeditar.

Para que una oración psicológica sea considerada compuesta por yuxtaposición, la relación asindética no solo ocurrirá dentro de cada período, por lo tanto, la relación existente entre período y período, separados por punto y seguido es considerada como relación de yuxtaposición, si se cumplen las condiciones con respecto a la oración psicológica.

//¿Quién despierta a ese pueblo sin ventura? ¿Quién reanima a ese espíritu aletargado?-está dormido. No rehúye, espera. Él tomará la mano que le tiendan; él se ennoblece con el conocimiento de sí mismo…//

//¡Pronto, remero! ¡Bate la espuma! ¡Rompe la bruma! ¡Parte veloz! ¡Vuela la barca! ¡Dobla la fuerza! ¡Canta y esfuerza brazos y voz!

La pesca en el mar, de Gertrudis Gómez de Avellaneda

Ambos textos transmiten vigor, fuerza emocional y es que precisamente la unión asindética de las oraciones constituye un exponente de la sintaxis emotiva.

La yuxtaposición es propia de la oratoria, del discurso literario en que se pretende conmover al receptor. Son diferentes los usos en los que el que hablante necesita de la yuxtaposición para expresar sus juicios.

Como se ha podido observar no son complejas las estructuras que el emisor emplea para la construcción de este tipo de oración. Son oraciones que mantienen cierta independencia y que cada uno de ellas por sí mismas pueden expresar ideas completas.

Véase también

Fuentes

  • Gramática Española Contemporánea: de la gramática de la lengua a la gramática del discurso, tomo III. Alicia Toledo Costa… [et. al] (Libro de texto en proceso editorial).


  • MINED. Español-Literatura, Programas de 9no grado. Ed. Pueblo y Educación, Ciudad de La Habana, 2003.


______. Español-Literatura, 9no grado, libro de texto. Ed. Pueblo y Educación, Ciudad de La Habana, 2001.


  • Gili Gaya, Samuel. Curso Superior de Sintaxis Española. La Habana. Editorial Pueblo y Educación, 1973.


  • Manual de Gramática Española, tomo I. De la Cueva, Otilia [et. al] Editorial Pueblo y Educación, La Habana, 1992.


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