Parasitismo intestinal
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Parasitismo intestinal. Constituye un serio problema. Los seres humanos son susceptibles de padecer alrededor de 300 especies de helmintos (los llamados “gusanos” o “lombrices”), y más de 70 de protozoos, entre los que se encuentran las amebas y giardia, dos de las causas más conocidas de parasitismo intestinal. entre un 20-50% de la población mundial se encuentra afectada por Giardia y amebas. Puede presentarse a cualquier edad, pero en general la población infantil es la más afectada.
Prevalencia
Entre los principales causantes de molestias se encuentran la giardia y algunos helmintos. Entre estos últimos, los conocidos popularmente como “oxiuro o lombricillas”, y, también, el “tricocéfalo” y la “lombriz”.
Entrada
Fundamentalmente por la vía digestiva, es decir, por la boca, a través del agua que se toma, o por la ingestión de alimentos contaminados con materias fecales que portan huevos o quistes de esos parásitos. Las formas infecciosas de las tenias o “lombrices solitarias” pueden estar presentes en las carnes de cerdo y vaca insuficientemente cocinadas. Algunos parásitos intestinales como Necator americanus penetran por la piel en personas que caminan descalzas por la tierra.
Signos
Son variados: dolor abdominal, diarreas, vómitos, picazón alrededor del ano, o la salida al exterior de algún parásito o sus fragmentos. También cuando se originan digestiones lentas y difíciles, pérdida de peso, anemia, náuseas frecuentes y por el retraso en el crecimiento de niñas y niños. Es frecuente albergar parásitos intestinales y no mostrar síntomas.
Diagnósticos
Mediante el análisis de laboratorio de las heces, fundamentalmente. Una vez confirmado el diagnóstico, se establece el tratamiento específico de acuerdo con la afección parasitaria encontrada.
Tratamiento
En la actualidad existen medicamentos de amplio espectro capaces de combatir simultáneamente un gran número de infecciones parasitarias y los hay también más específicos.
Consecuencias
La presencia de estos agentes infecciosos se relaciona con retraso en el crecimiento, disminución del aprendizaje, y comporta asimismo ausentismo a la escuela y al trabajo, entre otros trastornos.
Prevención
La clave está en el autocuidado. Consumir agua hervida y alimentos bien lavados y cocinados. El uso de calzado y el lavado de manos antes de ingerir algún alimento, después de ir al baño y cuando se preparan las comidas.