Pedro I de Brasil y IV de Portugal
Pedro I del Brasil y IV de Portugal ![]() | |
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Rey de Portugal y Emperador de Brasil | |
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Nacimiento | 12 de octubre de 1798 Queluz, ![]() |
Fallecimiento | 24 de septiembre de 1834 Palacio de Queluz, ![]() |
Entierro | Sao Paulo, ![]() |
Predecesor | Título de nueva creación (como Emperador de Brasil) Juan VI de Portugal (como Rey de Portugal) |
Sucesor | Pedro II de Brasil (como Emperador de Brasil) María II de Portugal (como Rey de Portugal) |
Consorte | María Leopoldina de Austria Amelia de Beauharnais |
Pedro I del Brasil y IV de Portugal. Emperador del Brasil (1822-1831), y rey de Portugal con el nombre de Pedro IV durante un breve periodo de tiempo, hasta 1826. Hijo de Juan VI. Nombrado regente del Brasil por su padre (1821) y después de un período de agitación, hizo frente a las tropas de la metrópoli, proclamó la independencia del país (1822) y se nombró emperador. En abril de 1823 convocó una Asamblea Constituyente, pero su negativa a aceptar cualquier limitación en sus prerrogativas le enfrentó a la Asamblea, la cual disolvió.
Síntesis biográfica
Nació en Queluz, Portugal, 12 de octubre de 1798 y muere en 1834. Emperador de Brasil (1822-1831) y rey de Portugal con el nombre dePedro IV (1826). Tenía nueve años cuando Napoleón invadió Portugal y hubo de seguir a sus padres, Juan VI y Carlota Joaquina de Borbón, al exilio en Brasil.
En 1816 contrajo matrimonio con Leopoldina Carolina de Austria. Convertido en consejero político de su padre, cuando en 1821 estalló en Portugal la revolución constitucionalista le sugirió que apoyara la Constitución liberal y regresara a Lisboa para aplacar la agitación popular ocasionada por la ausencia de la familia real. Poco después, Juan VI promulgó un decreto mediante el cual trasladaba de nuevo la corte a la metrópoli y dejaba a su hijo Pedro como príncipe regente de Brasil.
Como preludio de la emancipación, nombró un nuevo gobierno presidido por José B. De Andrada e Silva y convocó unas Cortes constituyentes. Sin embargo, fueron las resoluciones humillantes para el príncipe y su gobierno tomadas por las Cortes lusas las que precipitaron el llamado grito de Ipiranga, la proclamación de la independencia de Brasil por parte de Pedro.
El 1 de diciembre de ese mismo año de 1822 fue coronado emperador de Brasil con el nombre de Pedro I. Sin embargo, federalistas y centralistas no tardaron en disentir en el seno del gobierno, mientras que los leales al rey de Portugal comenzaban a conspirar. Pedro I inició entonces una fuerte represión y, con ayuda del almirante Alexander Thomas Cochrane y del capitán John Pascoe Grenfell al frente de una poderosa escuadra, al cabo de un año de violentos combates logró someter a la oposición.
Primera Constitución brasileña
El 25 de marzo de 1824 se promulgó la primera Constitución brasileña, de fuerte carácter centralista, que consolidaba la independencia brasileña. Así lo reconoció al año siguiente Juan VI, quien recibió en compensación que Brasil pagara al Reino Unido la deuda contraída por Portugal.
A la muerte de su padre, en marzo de 1826, el emperador brasileño regresó a su patria y se convirtió en Pedro IV de Portugal, pero abdicó en favor de su hija María de Gloria y, tras prometerla en matrimonio a su hermano Miguel, designó a éste regente del reino.
Surgimiento de la República de Uruguay
Sin embargo, la situación se complicó a raíz de la guerra con Argentina, que concluyó en 1828 con la derrota brasileña y la pérdida de la provincia Cisplatina, que se convirtió en la República Oriental del Uruguay, y la usurpación del trono portugués por parte de su hermano Miguel.
Estas circunstancias y la aplicación de la Constitución, así como los escándalos de su vida privada, estuvieron en el origen de una sucesión de revueltas que lo llevaron a renunciar a la Corona imperial en favor de su hijo Pedro II, de cinco años de edad. Regresó entonces a Europa y en Francia, con la ayuda de los liberales, organizó la expedición de Bella Vista, al frente de la cual, tras hacer escala en Azores, tomó Oporto y, en 1833, derrotó definitivamente a las fuerzas de su hermano Miguel en la batalla librada en el cabo de San Vicente.
Poco más tarde entró en Lisboa, restituyó a María II en el trono y obligó a Miguel a firmar el tratado de Évora Montes por el que renunciaba a sus pretensiones. Desde entonces y hasta su muerte, rigió Portugal en nombre de su hija.