Juicio de Osiris

Anubis, Sortilegio 125 del Papiro de Ani Libro de los Muertos.]] El juicio de Osiris era el acontecimiento más importante y trascendental para el difunto, dentro del conjunto de creencias de la mitología egipcia.

En la Duat, el espíritu del fallecido era guiado por el dios Anubis ante el tribunal de Osiris. Anubis extraía mágicamente el Ib (el corazón, que representa la conciencia y moralidad) y lo depositaba sobre uno de los dos platillos de una balanza. El Ib era contrapesado con la pluma de Maat (símbolo de la Verdad y la Justicia Universal), situada en el otro platillo.

Mientras, un jurado compuesto por dioses le formulaba preguntas acerca de su conducta pasada, y dependiendo de sus respuestas el corazón disminuía o aumentaba de peso. Tot , actuando como escriba, anotaba los resultados y los entregaba a Osiris.

Sentencia

Al final del juicio, Osiris dictaba sentencia:

Si esta era positiva su Ka (la fuerza vital) y su Ba (la fuerza anímica) podían ir a encontrarse con la momia, conformar el Aj (el "ser benéfico") y vivir eternamente en los campos de Aaru (El Paraíso en la mitología egipcia).

Pero si el veredicto era negativo, su Ib era arrojado a Ammyt, la devoradora de los muertos (un ser con cabeza de cocodrilo, piernas de hipopótamo y melena, torso y brazos de león), que acababa con él. Esto se denominaba la segunda muerte y suponía para el difunto el final de su condición de inmortal; aquella persona dejaba de existir para la historia de Egipto.

La Justificación

El término "justificado" o "con justa voz" designa la condición del difunto que pasa con éxito la prueba del juicio ante el tribunal de Osiris. Esta escena llamada por los traductores griegos "psicostasis" o "pesaje del alma" constituye el capítulo 125 del Libro de los Muertos, más exactamente llamado "libro para salir al día" del egipcio r n prt m xru.

El difunto tenía que cumplir varios requisitos para que este veredicto fuera favorable: solo lo merecía aquel que podía presentar una conducta intachable. Las oraciones del Libro de los Muertos, además de servir para mostrar a los dioses un relato de vida sin faltas, eran una propuesta de comportamiento moral:

“No he cometido iniquidad respecto de los hombres; no he matado a ninguno de mis parientes; no he mentido en lugar de decir la verdad; no tengo conciencia de ninguna traición; no he hecho mal alguno; a nadie he causado sufrimiento; no he sustraído las ofrendas a los dioses...”

En la Edad Media

En la Edad Media, la psicostasis será conocida como Poso de las Almas, como forma de representación del Juicio final, donde el Arcángel San Miguel pesa en la balanza de la justicia las diferentes almas. En un platillo aparecen las virtudes y en otro los vicios, caracterizado como un niño. El diablo suele aparecer cerca en la escena, procurando que la balanza se incline hacia su favor.[1]

Referencias

  1. pág. 163. Madrid - España: Akal (1990). Consultado el 10 de junio de 2015.

Enlaces externos

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