Bacillus
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Descubrimiento del Bacillus
El Bacillus anthracis fue descrito por primera vez por A. Pollander en 1849 a partir de sangre de vacas muertas por carbunco, en 1850 C. Davaine confirmó estos hechos. Los estudios realizados por R. Koch en 1877 profundizaron aún más en el conocimiento de este germen, que también fue abordado por Pasteur en 1881; este estableció el valor indudable de la vacunación en experimentos que son reconocidos como de alto valor histórico y científico en las ciencias médicas y en veterinaria.
Bacillus de interés veterinario
Existen especies sicrófilas, mesófilas y termófilas que intervienen en distintos procesos biológicos como la autodepuración del estiércol. Se encuentran también especies alealinófilas, neutrófilas y acodófilas que se relacionan con el pH del suelo. En general se reconocen actualmente más de 48 especies.
De interés veterinario el microorganismo de mayor importancia del género es Bacillus anthracis que es el único patógeno. Bacillus subtilis se considera de importancia como indicador sanitario en la higiene animal, al considerar su amplia distribución en la naturaleza y su gran resistencia a diversos productos desinfectantes; se utiliza como microorganismo indicador en desinfecciones focales contra agentes etiológicos esporógenos o de alta resistencia. En los últimos años este microorganismo ha sido empleado en la industria para la producción de solventes industriales, alcoholes, enzimas, vitaminas y antibióticos.
El carbunco bacteridiano o ántrax es una enfermedad infecciosa de animales herbívoros que puede afectar al hombre; es de tipo septicémica y de curso sobreagudo, el Bacillus anthracis provoca una alta mortalidad. Aunque esta enfermedad es exótica para Cuba su importancia en la medicina veterinaria es alta, ya que afecta ovejas y vacunos, en menor grado caballos, cerdos y cabras, y raramente a los perros.
Difusión en el ambiente y transmisión
El agente etiológico del carbunco está ampliamente difundido, por lo que esta enfermedad es frecuente en la India, China y norte de África. Las zonas infectadas que albergan esporas producto del enterramiento de animales muertos con la enfermedad, o donde esta han desarrollado procesos epizoóticos se denominan: campos malditos o campos carbuncosos, donde se reporta la permanencia del germen durante años.
La infección natural tiene lugar generalmente por vía digestiva, por heridas, a nivel de las mucosas de la boca, faringe e intestinos. Puede ser trasmitido el agente etiológico por el agua de bebida o por los alimentos contaminados. Las harinas de huesos y de carnes procedentes de animales enfermos o cadáveres carbuncosos pueden difundir la infección. La infección por vías respiratoria y por heridas cutáneas es rara verla en los animales, pero pueden ser frecuentes en el hombre con posible evolución mortal.
Morfología y fisiología
El Bacillus anthracis tiene forma de bastón recto con extremos cuadrados, aparece sola o en pares, ocasionalmente en cadenas. Es inmóvil y capsulado, aunque es difícil la demostración de la cápsula invitro, lo que se puede lograr mediante un cultivo en un medio con bicarbonato y 5 % de C02. Las esporas de este germen se forman en los cultivos, suelos y tejidos de animales muertos, pero no en la sangre o tejidos vivos, crece óptimamente en pH de 7-7,4 en condiciones aerobias y a temperaturas de 37 °C, puede crecer también muchos medios comunes pero les es favorable el agar con 5 % de sangre.
Tipificación serológica
La estructura antigénica de esta bacteria se han caracterizado en tres antígenos de Bacillus anthracis: Polipéctido capsular, antígeno somático y toxina proteica, las cepas de Bacillus anthracis que forman cápsulas y originan toxinas son totalmente virulentas, la comulación de la toxina en el animal infectado es quien produce los signos y síntomas hasta la muerte.
Resistencia
Este germen en ampollas cerradas herméticamente y en cultivos pueden conservarse hasta 40 años y hasta 65 años las esporas. En el suelo las esporas pueden resistir decenios de años, son altamente resistentes a los desinfectantes, por lo que para que mueran necesitan largo tiempo de contacto. La formalina al 1 % y la sosa cáustica al 10 % pueden afectarlo en 3 horas. En formas vegetativas perecen a 60 °C en 15 minutos y ante la ebullición en unos 2 minutos. Las esporas son termoestables, soportan la ebullición durante 15 o 20 minutos y el vapor a presión del autoclave a 110 °C durante 10 minutos.
Órganos que afectan y patologías provocadas
Este germen en el hombre la lesión clásica se encuentra en las manos, los antebrazos y la cabeza, y se le denomina pústula maligna, que es una escara negra con anillo inflamatorio muy prominente que proviene de la ruptura de una vesícula contentiva de líquido negro azuloso, en los animales se puede presentar hinchazón de la conjuntiva parpebral con puntos hemorrágicos y mucosas cianóticas, enteritis con diarreas sanguinolentas, afectaciones renales que se manifiestan por orina sanguinolenta. Se pueden presentar, también trastornos respiratorios y sobrevenir la muerte por asfixia. La enfermedad primaria de la piel con pústula maligna o carbunco es muy raro en los animales, es más típica en humano, las mucosas cianóticas y las manchas roja-azulosas cutáneas son más típicas en los animales. En los equinos son comunes los cólicos y en las ovejas las afecciones encefálicas, en los cerdos son más frecuentes las faringitis.
Diagnóstico
Para el diagnóstico se pueden obtener muestras de órganos afectados o de pústulas malignas en el hombre, y para el diagnóstico primario se utiliza la tinción de Gram y la fluorescencia. En el laboratorio se debe diferenciar Bacillus anthracis del Bacillus coreus considerando las características de las colonias en agar sangre y algunas pruebas como la reducción de la leche tornasolada y el azul de metileno, así como la movilidad y la prueba biológica.
Tratamiento
No hay tratamiento específico generalmente necesario a excepción del reemplazo fluido en caso de necesidad.
Fuente
- Colectivo de autores, Microbiología Veterinaria, Ed. Pueblo y Educación, Ave. 3ra A. No. 4605, entre 46 y 60, playa, Ciudad de La Habana 1992.
- Beer, Joachim: Enfermedades víricas infecciosas de los animales domésticos. Enfermedades producidas por bacterias y hongos e intoxicaciones, Ed. Acribia, t. II, Zaragoza, 1981.
- Carter, G. R.: Diagnostic Procedures in veterinary bacteriology and mycology, Ed. Thomas, 3ra. Ed., Michigan, 1979.