Guerras cimbrias
|
La Guerra Cimbria. (113-101 a. C.) Se libró entre la República Romana y las tribus protogermánicas decimbrios y teutones, quienes migraban del norte de Europa hacia territorios bajo dominio romano, provocando con esto el enfrentamiento. Además, esta guerra puso en seria amenaza a Italia,como provincia romana, y a la propia Roma, algo que no sucedía desde la Segunda Guerra Púnica.
Datos Generales
Fecha del Enfrentamiento: 113 a.C. - 101 a.C.
Lugar: Centro, sur y oeste de Europa, Nórico y la Galia.
Resultado: Victoria romana.
Contendientes: República romana, Cimbrios, Teutones, Ambrones y Ligurinos.
Comandantes:
- Romanos: Cneo Papirio Carbón, Marco Junio Silano,Lucio Casio Longino, Cneo Papirio Leneas , Quinto Servilio Cepio,Cneo Malio Máximo, Cayo Mario, Quinto Lutacio Catulo y Lucio Cornelio Sila.
Directiva de los Cimbrios: Rey cimbrio Boiorix, Rey teutón Teutobod y Rey tigurino Divicón.
Antecedentes
Por razones desconocidas (posiblemente, debido a un cambio climático durante la Cultura de Jastorf), durante los años 120-115 a. C. los cimbrios abandonaron sus tierras natales del Mar Báltico, que comprendían la península de Jutlandia y el sur de Escandinavia. Viajaron hacia el sureste, uniéndose pronto sus vecinos de origen teutón. Juntos lucharon contra los escordiscos y boyenses, muchos de los cuales acabaron uniéndose.
Transcurso de la guerra
Derrotas iniciales romanas
En el 113 a. C. llegaron a Nórico, cerca del Danubio, y hogar de los noricanos, pueblo aliado de Roma. Incapaces de repeler la nueva y poderosa fuerza invasora, los noricanos pidieron ayuda romana. Al año siguiente, el cónsul romano Cneo Papirio Carbón guió las legiones a Nórico y después de realizar una impresionante demostración de fuerza, ocupó una importante posición defensiva y exigió a los cimbrios abandonar la provincia inmediatamente. Éstos pensaban cumplir pacíficamente las demandas de los romanos, hasta que descubrieron que Papirio Carbón les estaba preparando una emboscada.Enfurecidos por esta traición, cimbrios y teutones atacaron a los romanos, destrozando gran parte de las legiones, y casi capturando al propio cónsul, en la batalla de Noreya.
De esta manera, Italia quedó expuesta a la invasión; y sin embargo, los cimbrios y sus aliados se dirigieron hacia los Alpes, al oeste, para entrar en la Galia.
En el 109 a. C. invadieron la provincia romana de la Galia Narbonense, derrotando al ejército romano, que estaba bajo el mando de Marco Junio Silano. Durante el mismo año, también vencieron a otro ejército romano en Burdigala (actual Burdeos), muriendo en combate su comandante y también cónsul, Lucio Casio Longino Ravila.
En el 107 a. C. los romanos perdieron nuevamente, esta vez contra los tigurinos (uno de los pueblos de los cantones helvecios), quienes eran aliados de los cimbrios tras su paso por los Alpes.
Desastre en Arausio
En el 105 a. C. Roma y sus nuevos líderes, el procónsul Quinto Servilio Cepio el Viejo y el cónsul Cneo Malio Máximo, decidieron
expulsar a los invasores, resolviendo el asunto de una vez por todas.
Para ello, la República envió al mayor ejército nunca visto
desde la segunda guerra púnica (probablemente, el mayor de toda la
historia de Roma) a la zona, compuesto por 80.000 legionarios y
40.000 auxiliares, incluyendo al personal no combatiente. Esta fuerza
estuvo dividida en dos, siendo liderada cada parte por uno de los
cónsules.
Cada cónsul guió sus legiones por cuenta propia hacia el [[río
Ródano]], a su paso por Orange, y situaron su campamento en orillas
opuestas. Los dos comandantes romanos no se gustaban, incluso
desconfiaban, entre sí, por lo que sus ejércitos, en vez de actuar
como una fuerza abrumadora en la misma dirección, serían entidades
independientes separadas por cimbrios, teutones y sus aliados. El
orgullo de Cepio llegó a tal extremo que optó por atacar sin el
apoyo de Máximo, consiguiendo que sus legiones fueran aniquiladas y
su campamento asaltado. Las rodeadas y desmoralizadas tropas de [[Malio
Máximo]] fueron vencidas fácilmente. Los que no caían en combate, se
ahogaban en el río, intentando escapar. La Batalla de Arausio supuso
la peor derrota sufrida desde Cannas.
De hecho, las pérdidas humanas son mucho mayores, y sus
consecuencias, más duraderas en el tiempo. Para cimbrios y teutones
supuso un gran triunfo, pero al no aprovecharlo, sembraron las
semillas de su destrucción. En lugar de reunir a sus aliados y
marchar sobre Roma, los cimbrios penetraron en la Hispania, mientras
que los teutones permanecieron en la Galia. Por segunda (y fatal)
vez, los motivos por los cuales no invadieron Italia siguen siendo un
misterio.
Tal vez pensaron que un saqueo en Hispania y la Galia sería más
fácil. Posiblemente también, ellos podrían haber tenido numerosas
bajas, sintiendo que no eran todavía una fuerza lo suficientemente
fuerte como para luchar con los romanos en sus tierras. Con sus
temerarias tácticas de batalla, incluso sus victorias podrían haber
sido costosas.
Theodor Mommsen escribió sobre sus métodos de batalla:
“Su sistema de enfrentamiento fue sustancialmente el de los
celtas de este período, quienes ya no luchaban, como anteriormente
lo hacían celtas italianos, con la cabeza descubierta, y sólamente
con una espada y una daga, sino con cascos de cobre con frecuencia
lujosamente adornados, y con una peculiar arma, la materis; las
espadas largas seguían utilizándose, así como un escudo largo y
estrecho, lo que podría indicar que también gustaban de cotas de
malla”.“Poseían caballería, pero los romanos eran superiores en aquel
momento. Su orden de batalla tenía tanto de brusco como de antiguo.
Se formaban en falanges con el mismo número de filas de amplitud
como de profundidad, siendo atados con cuerdas y grilletes los
componentes de la primera fila en las batallas peligrosas”.
(Theodor Mommsen, "Historia de Roma").
Así pues, con éstas desventajas tácticas que les hacen basarse
en la superioridad numérica y en su propio valor, consiguieron la
victoria aprovechándose de los errores cometidos por los comandantes
romanos.No obstante, pronto se enfrentarían a un general romano, que
raramente cometía errores, a la cabeza de un nuevo ejército que
resultaría ser un enemigo mortal.
La guerra bajo Mario
Reformas de Mario
A raíz de la catástrofe de Arausio, el miedo sacudió la
república hasta los cimientos. El terror cimbrio se presentía en
las calles, los romanos esperaban que los bárbaros llegaran a sus
puertas en cualquier momento. En esa atmósfera de pánico y
desesperación, se declaró una situación de emergencia. La
constitución fue ignorada y Cayo Mario, vencedor en la guerra de
Yugurta, es elegido cónsul por un periodo consecutivo de 5 años
(empezando en 105 a. C.) cosa sin precedentes en la historia de la
república y completamente ilegal (sólo se podía ser cónsul una
vez cada diez años). Además, fue nombrado imperator, comandante
supremo del ejército, con poderes sin precedentes que usó para
transformar el ejército en la mejor fuerza militar de la edad
antigua.Hasta ese momento el ejército estaba formado obligatoriamente por
romanos de buenas raíces y con posesiones de tierra, pues creían
que el mejor soldado era aquél cuyo honor y capital estuviera en
juego ante cada peligro que tuviera Roma. Mario cambió todo esto por
una fuerza compuesta de campesinos procedentes de Roma y además de
cualquier ciudad italiana, sin tierras ni esposa que le hicieran
pensar en abandonar la legión, y sobre todo, voluntariosos. Mejoró
y normalizó el entrenamiento, las armas, las armaduras y el equipo
de campaña. También modificó la estructura organizativa de la
legión dividiéndola en cohortes, consiguiendo hacerla más dinámica
y flexible. Junto con estas disposiciones, entraron nuevas normas y
un nuevo símbolo, el águila , enseñando a sus tropas a venerarla y
a que impidieran que cayera en manos enemigas. Se dice que esta
infantería fue el primer ejército profesional de la historia.
Aunque el asustado senado y el pueblo romano lo catapultaron al
poder, Mario no olvidó que el error cimbrio y teutón de no marchar
sobre Italia le estaba permitiendo reorganizarse. Él no iba a
cometer el mismo error. Pronto se enfrentarían a un general
brillante y despiadado.
Movimientos germánicos
Los germanos eran tribus desorganizadas. Además, una de sus costumbres consistía en no quedarse en el lugar donde hubieran tenido que luchar por su posesión. Por ello, a pesar de haber vencido varias veces a los romanos, siempre volvían sobre sus pasos. Pero todo esto iba a cambiar. Boiorix, rey cimbrio, también se erigió líder de todas las tribus implicadas en la migración. Aprendió latín, estudió a los romanos a través de los prisioneros capturados y decidió que con sus fuerzas era posible vencer a Roma mediante un plan brillante: Dividir en tres grupos a todas las tribus, que ya superaban el millón de efectivos e invadir Italia desde tres puntos distintos a la vez, partiendo desde los Alpes. De esta forma, Boiorix forzaría también la división de las menos numerosas legiones romanas, a la vez que le sería más fácil abastecerse. Cada grupo tenía el tamaño suficiente para ser una terrible amenaza para los romanos, pero no tan grande como para volverse ingobernable, ya quelos pasos de los Alpes eran estrechos y dificultosos. Teutobod entraría con los teutones y ambrones por el oeste, cerca de Aquae Sextae. Él mismo marcharía sobre Roma por el Norte junto a los cimbrios, por un paso cerca de la actual Verona.El resto de tribus entraría en Italia por el paso más oriental de los Alpes, por el paso de Tergeste.
Venganza de Roma
Conocedor de los planes germánicos, Mario ya había enviado al procónsul Quinto Lutacio Catulo César a interceptar a los cimbrios. El plan consistía en vencer a cimbrios y teutones por separado y a la vez, para luego unir las legiones de ambos cónsules y marchar juntos sobre el tercer grupo de tribus germánicas. Sin embargo, Mario dudaba de las capacidades militares de Catulo, así que ordenó a su joven rival, pero en este momento aliado forzoso [[Lucio Cornelio Sila]],que lo acompañara e incluso que lo relevara del mando si este ponía en peligro al ejército. En el 102 a. C. Mario estaba preparado para enfrentarse a los teutones, que mientras tanto, habían estado saqueando Massilia (la actual Marsella). Escogió el terreno cuidadosamente y levantó un campamento fortificado en lo alto de una colina, cerca de Aquae Sextae, donde continuamente incitaría a los teutones y a sus aliados ambrones a que lo atacaran. Una vez que éstos picaron el anzuelo, una fuerza compuesta por cinco cohortes formada por los legionarios más fuertes, que previamente Mario había escondido en un bosque cercano, cayeron por la espalda del enemigo, capturando a su rey Teutobod y masacrando a los germanos. Pero en Aquae Sextae sólo se consiguió un empate: a pesar de que ambrones y teutones habían sido eliminados, los cimbrios y el tercer grupo de invasión compuesto mayoritariamente por queruscos y marcómanos aún eran unas fuerzas muy poderosas. En el 101 a. C. los cimbrios cruzaron los Alpes. [[Quinto Lutacio Catulo César]], como había previsto Mario, estaba acampado en un enclavamiento pésimo, un estrecho valle fácilmente rodeable, donde sólo era cuestión de tiempo que los germanos, muy superiores numéricamente, los encerraran y masacraran. Sila causó un motín entre los centuriones, consiguiendo que Catulo entrara en razón y retrocediera hacia posiciones más favorables sin presentar combate.Por ello, cruzó el único puente sobre el río Po que había en el valle, a pesar de tener que ceder territorio romano a los cimbrios.Durante el ordenado repliegue al mando de Sila, se produjeron pequeñas escaramuzas entre la caballería cimbria y tropas auxiliares samnitas (aliados de Roma). Sila tenía la opinión de que los cimbrios perderían un precioso tiempo en saquear esas fértiles tierras antes de seguir con la invasión, tiempo en el cual Mario debía de reunirse con él (junto con las victoriosas legiones de Aquae Sextae). Hechos que finalmente ocurrieron tal y como había predicho. Además, la tercera invasión germánica se había dado la vuelta antes de entrar en Italia,tras conocer la fatídica derrota de los teutones y ambrones a manos de Mario. La balanza empezaba a inclinarse hacia el lado romano tras más de diez años de crisis. Sería en Vercelae, cerca del río Sesia, donde Mario volvería a demostrar la superioridad de las nuevas legiones y caballería romanas. En la devastadora derrota, los cimbrios fueron virtualmente aniquilados, muriendo dos de sus líderes, Lugius y su rey, Boiorix . En un último episodio de esta cruenta guerra, las mujeres cimbrias mataron a sus hijos y se suicidaron para evitar una vida en esclavitud. Así, la guerra que comenzó como una migración, acabó en un genocidio y en un suicidio de masas. Pasaría otro siglo antes de que los romanos volvieran a caer ante tribus germánicas, en la Batalla del bosque de Teutoburgo. Y serían también los germanos los que acabarían con el imperio de la ciudad eterna, algunos siglos más tardes. Las consecuencias políticas resultantes de la guerra, tendrían un efecto más inmediato y duradero en Roma. Con el fin de la guerra cimbria daría comienzo la rivalidad entre Sila y Mario, lo que finalmente conduciría a Roma a una guerra civil.
Además,a raíz de la victoria final en Vercelae, Mario dio la
ciudadanía romana a sus legiones italianas aliadas, alegando que no
podía distinguir entre la voz de un aliado y la de un romano en el
fragor de la batalla. De ahora en adelante todas las legiones
italianas serían legiones romanas y en lo sucesivo, las ciudades
italianas buscarían una mayor participación en la política externa
de Roma,lo que provocaría una Guerra Social (91-88 a. C.).
Mario pudo ser el salvador de Roma, pero también inició el
principio del fin de su sistema de gobierno basado en la república.
La nueva clase de soldados, formados por campesinos sin tierras y
legionarios empobrecidos, a pesar de que juraban lealtad al emblema
SPQR, en realidad se sentían atraídos por el que los entrenaba,
dirigía, y sobre todo, el que les pagaba: su comandante. Además,
las reformas del ejército transformaron a las legiones en la mejor
fuerza militar de la época (y posiblemente de la historia),
consiguiendo una fuerza militar profesional, al ser cada soldado
instruido, equipado y pagado; y permanente, pues los legionarios eran
gente sin ningún tipo de bienes ni negocios que gestionar, por lo
que podían servir ininterrumpidamente en la legión el tiempo que
fuera necesario, lo que a su vez permitía que las legiones romanas
incursionaran en territorios cada vez más alejados.
Generales como el mismo Mario, Sila, Craso, Pompeyo , Julio César, Marco Antonio, y por supuesto, Octavio Augusto , convertirían poco a poco la república en una autocracia.
Fuentes
- Lexandre-Gabriel Decamps, La derrota de los cimbrios, 1833
- Mommsen, Theodor, Historia de Roma, Book IV "La revolución".
- Dupuy, R. Ernest, y Trevor N. Dupuy, La enciclopedia de la historia militar: Desde 3500 a. C. Hasta el Presente. (2º edición revisada,1986).