Comunidades primitivas de Bejucal
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Comunidades aborígenes de Bejucal. El territorio de Bejucal, poblado aproximadamente 6 000 años a.n.e. sirvió de hábitat a grupos humanos que se asentaron en áreas a cielo abierto o en cuevas, las cuales eran utilizadas como viviendas, centros ceremoniales y necrológicos.
Características
Los rasgos antropológicos de estos primitivos habitantes se refieren a su baja estatura, complexión menuda, cabeza mediana, mandíbula estrecha, nariz ancha, pelo lacio y muy negro, piernas delgadas, piel carmelita clara con tonalidades rojizas. No practicaban la deformación artificial de sus cráneos. Sus caras eran anchas, los pómulos prominentes, órbitas cuadradas, con ancho espacio interorbital y marcado desgaste de las mesetas de las piezas dentarias. A pesar de que se carece de datos acerca del vestuario utilizado por este grupo humano, se presume que andaban desnudos.
Los hombres, las mujeres y los niños- cuya educación era adquirida a través de la experiencia de los mayores en la vida diaria tenían sus obligaciones. La cooperación entre los miembros del grupo en el desenvolvimiento de sus actividades, era imprescindible. Los alimentos, los instrumentos y los demás bienes obtenidos con el trabajo de la colectividad eran repartidos por igual entre sus miembros. A este régimen de cooperación de los hombres en el cual le era indispensable vivir agrupados al trabajar y repartir en común los bienes adquiridos, se le ha dado el nombre de comunidad primitiva, el más antiguo régimen social de la historia universal del hombre.
Topónimos aborígenes
Uno de los indicios que hizo pensar en la existencia de primitivos grupos humanos en la zona que hoy ocupa el municipio de Bejucal, fue la presencia de topónimos aborígenes:
Biajacas: Nombre que corresponde a un pez de agua dulce, familia chromidios que habitan en ríos, arroyos y lagunas. Estaban presentes en la dieta aborigen. Con este nombre aún se conoce una finca donde en el siglo XVIII hubo un ingenio de azúcar.
Babiney: Voz que significa fangal, lodazal con aguas llovedizas. Con este vocablo se conoció una hacienda de crianza en siglos pasados. En la actualidad así se nombra un plan ganadero.
Caguazo: Planta silvestre parecida a la hierba de guinea. Fue una antigua hacienda y actualmente así se conoce un pequeño caserío rural.
Bejucal: Voz que se le daba al lugar donde abundaban los bejucos. Era el nombre de una hacienda de crianza donde se fundó en 1714 la Ciudad de San Felipe y Santiago del Bejucal.
Descubrimientos
No fue hasta el año 1987 cuando se confirmó científicamente la vida de aborígenes en esta localidad, grupos humanos identificados como Cazadores, Pescadores o Recolectores, Preagroalfareros o Mesolíticos. Esto fue posible gracias a los hallazgos reportados por el grupo espeleológico “Aguas Claras”, quienes mediante colectas superficiales y excavaciones obtuvieron numerosas evidencias correspondientes a la industria lítica y de la concha, hallazgos arqueológicos que confirman la huella de la comunidad aborigen en Bejucal.
A raíz de estos descubrimientos fueron localizados ocho áreas con presencia aborigen, cuatro en cuevas y cuatro a cielo abierto, todos con una gran similitud entre sí. Siendo identificados de la siguiente forma:
- Cueva “El Caracol”
- Cueva “El Jagüey”
- Cueva “El Mamey”
- Cueva “La Trampa
- Sitio Santa Bárbara
- Sitio Biajaca
- Sitio La Ceiba
- Sitio Govea
Evidencias arqueológicas
Industria Lítica o de la Piedra:
- Fragmento de majador en basalto rojo
- Morteros en basalto rojo
- Percutores (o fragmentos de estos) en basalto rojo
- Guijarros (o fragmentos de estos)
- Restos de taller
- Lascas de sílex
Industria de la concha:
- 31 cuentas de concha, discoidales y con perforación bicónica
- Codakia orbicular
- Restos de concha utilizados como vasija
- Pico de mano elaborado en Strombus
- Strombus gigas
- Siguas
Restos humanos
- 6 piezas dentarias humanas
- Fragmento de mandíbula
- Fragmentos de cráneo humano sometido al fuego
- Tarsos y metatarsos
Aseguran numerosos investigadores que estos aborígenes no tuvieron contacto con los conquistadores pues fueron desplazados hacia las regiones más occidentales del país por nuevas oleadas migratorias con un mayor desarrollo en la agricultura, la alfarería, la religión y el arte. Al respecto el historiador bejucaleño Manuel Mariano Acosta refiere en 1830: “A los dos siglos justos de conquistada esta isla vino a comenzarse este pueblo y en ese intervalo diversas causas han hecho desaparecer la raza indígena pura, de la que sin embargo, quedan visibles vestigios en bastantes familias”,
Fuentes
- Breve historia sobre la Ciudad de San Felipe y Santiago del Bejucal