Contraste
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Tipos fundamentales de contrastes de colores
Los siete contrastes fundamentales de colores son:
- Contraste del color en sí mismo
- Contraste claro-oscuro
- Contraste caliente-frío
- Contraste de los complementarios
- Contraste simultáneo
- Contraste cualitativo
- Contraste cuantitativo
Contraste del color en sí mismo

De la misma manera que la oposición negro-blanco señala el más fuerte contraste de claro-oscuro, el amarillo, el rojo y el azul constituyen las expresiones más fuertes del contraste del color en sí mismo.
Para representar este contraste se necesitan por lo menos tres colores netamente diferenciados. El efecto que se deduce, es siempre multicolor, franco, potente y neto. La fuerza de expresión del contraste del color en sí mismo va disminuyendo a medida que los colores empleados se van alejando de los tres colores primarios. Así, el carácter del anaranjado, del verde y del violado es menos marcado que el del amarillo, del rojo y del azul. El efecto de los colores terciarios es todavía menos llamativo. Cuando los distintos colores van delimitados por trazos negros o blancos, su carácter particular se pone mucho más en relieve. Su irradiación y sus recíprocas influencias son entonces ampliamente neutralizadas y cada color reviste una expresión real y concreta.
Contraste claro-oscuro
También denominado contraste de luminosidad, se produce al confrontar un color claro o saturado con blanco y un color oscuro o saturado de negro. Es uno de los más efectivos, siendo muy recomendable para contenidos textuales, que deben destacar con claridad sobre el fondo.
Contraste caliente-frío
Es el contraste producido al confrontar un color cálido con otro frío. Se conoce también como contraste de temperatura.
La calidez o frialdad de un color es relativa, ya que el color es modificado por los colores que lo rodean. Así un amarillo puede ser cálido con respecto a un azul y frío con respecto a un rojo. Y también un mismo amarillo puede ser más cálido si está rodeado de colores fríos y menos cálidos si lo rodean colores rojo, naranja, etc.
Contraste de complementarios
Dos colores complementarios son los que ofrecen juntos mejores posibilidades de contraste, aunque resulta muy violento visualmente combinar dos colores complementarios intensos. Para lograr una armonía conviene que uno de ellos sea un color puro, y el otro esté modulado con blanco o negro.
Contraste simultáneo
Es el fenómeno según el cual el ojo humano, para un color dado, exige simultáneamente el color complementario, y si no le es dado lo produce él mismo. El color complementario engendrado en el ojo del espectador es posible verlo, pero no existe en la realidad. Es debido a un proceso fisiológico de corrección en el órgano de la vista.
Contraste de valor
Cuando se presentan dos valores diferentes en contraste simultáneo, el más claro parecerá más alto y el más oscuro, más bajo. Por ejemplo, al colocar dos rectángulos granates, uno sobre fondo verdoso y el otro sobre fondo naranja, veremos más claro el situado sobre fondo verdoso. La yuxtaposición de colores primarios exalta el valor de cada uno.
Contraste de saturación
Se origina de la modulación de un tono puro, saturándolo con blanco, negro o gris. El contraste puede darse entre colores puros o bien por la confrontación de estos con otros no puros.
Los colores puros pierden luminosidad cuando se les añade negro, y varían su saturación mediante la adicción del blanco, modificando los atributos de calidez y frialdad. El verde es el color que menos cambia mezclado tanto con blanco como con negro.
Por ejemplo, si se sitúa sobre un mismo fondo tres rectángulos con diferentes saturaciones de amarillo, contrastará más el más puro.
Otros contrastes
Un color puro y brillante aplicado en una gran extensión de la página suele resultar irritante y cansino (especialmente, el amarillo), mientras que ese mismo color, usado en pequeñas proporciones y sobre un fondo apagado puede crear sensación de dinamismo.
Dos colores claros brillantes, puestos uno al lado de otro, impactan en la vista, produciendo un efecto de rechazo, mientras que si esos dos colores se sitúan uno dentro del otro, el efecto cambia por completo, resultando agradable.
Un mismo color puede cambiar mucho su aspecto visual dependiendo del color en el que se encuentre embutido. Este efecto del cambio de apariencia de un color dependiendo de la luz incidente sobre él, del material de que está formado o del diferente color que le sirva de fondo recibe el nombre de Metamerismo.
Ejemplo: Dos cuadrados, uno de color de fondo azul, y otro negro, ambos con un cuadrado amarillo dentro. Los dos cuadrados interiores son del mismo amarillo, pero parecen diferentes: en fondo azul se enmascara la pureza del amarillo, mientras que en fondo negro el amarillo muestra toda su pureza y frescura.
Enlaces externos
Véase también
Fuentes
- Imageandart. Consultado: 25 de febrero de 2012.
- Canonistas. Consultado: 25 de febrero de 2012.
- Desarrolloweb. Consultado: 25 de febrero de 2012.