Filosofía griega
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Período presocrático
La historia de la filosofía griega puede ser periodizada entre los filósofos que buscaron una interpretación del mundo en términos físicos y los que subrayaron la importancia de las formas inmateriales. Sus primeros representantes, denominados en conjunto presocráticos, estuvieron ligados geográficamente a las colonias griegas de Asia Menor y a la Magna Grecia.
Escuela jónica o de Miletos

Anaximandro ofreció una idea más elaborada y mantuvo que la base de toda materia es una sustancia eterna que se transforma en todas las formas materiales conocidas. Esas formas, a su vez, cambian y se funden en otras de acuerdo con la regla de la justicia, es decir, una especie de equilibrio y proporción. Heráclito consideraba que el fuego es la fuente primordial de la materia, pero creía que el mundo entero está en constante cambio o flujo y que la mayoría de los objetos y sustancias se producen por la unión de principios opuestos.
Consideraba el alma, por ejemplo, como una mezcla de fuego y agua. El concepto de nous (pensamiento o razón), sustancia infinita e inmutable que penetra y controla cada objeto viviente, fue elaborado por Anaxágoras, que también pensaba que la materia consistía en pequeñas partículas o átomos. Compendió la filosofía de la escuela jónica al proponer un principio no físico director, junto a una base materialista de la existencia.
Escuelas pitagórica y eleática


Según Parménides (finales siglo VI y comienzo del siglo V a. de. ne), autor de Sobre la naturaleza y principal representante de la escuela eleática, la apariencia del movimiento y de la existencia en el mundo de objetos distintos son simple ilusión: sólo parecen existir. Las ideas de Pitágoras y Parménides sentaron las bases del idealismo que caracterizaría posteriormente a la filosofía griega.
Una interpretación más materialista fue la de Empédocles, que aceptó la idea de que la realidad es eterna pero está compuesta por combinaciones casuales de las cuatro sustancias primogénitas: fuego, aire, tierra y agua. Estas explicaciones materialistas alcanzaron su punto culminante en las concepciones de Demócrito, para el que las diferentes formas de la materia están causadas por diferencias en la forma, tamaño, posición y orden de los átomos que la integran.
Período clásico
El periodo clásico de la antigua filosofía griega, cuyo centro principal radicó en Atenas, se inició con la aparición de los sofistas (siglos V y IV a. de. ne) y del pensamiento socrático, y tuvo sus momentos de mayor auge con los sistemas de Platón y Aristóteles.
Sofistas

La corriente filosófica de los sofistas es heterogénea. El rasgo característico de sus seguidores es la tesis que atribuye relatividad a todas las nociones, reglas éticas y valoraciones humanas. Protágoras el más notable de los sofistas, la expresó con los siguientes términos: “El hombre es la medida de todas las cosas; de las que son en cuanto son y de las que no son en cuanto no son”.
Sócrates

Sócrates describió el alma no en términos de misticismo, sino como “aquello en virtud de lo cual se nos califica de sabio o de loco, bueno o malo”. En otras palabras, Sócrates consideraba el alma como una combinación de la inteligencia y el carácter de un individuo.
Platón y Aristóteles


Al describir el Universo material, Aristóteles afirmó que consiste en los cuatro elementos, fuego, aire, tierra y agua, más un quinto elemento que existe en todas partes y es el único constitutivo de todos los cuerpos celestiales. En los escritos de Platón y de Aristóteles las tendencias dominantes de idealismo y materialismo en la filosofía griega alcanzaron, en uno u otro caso, su más alta expresión, dando lugar a un cuerpo de pensamiento que sigue ejerciendo una fuerte influencia sobre la investigación filosófica.
Período helenístico y neoplatónico
En la postrimería del siglo IV a. de. ne se acentuaron los indicios de la crisis de la democracia esclavista griega. Atenas pierde la independencia política y se integra al imperio de Alejandro Magno. La rápida disgregación de este dilatado imperio a la muerte de su fundador no puede detener la crisis, que tiene profundas raíces en las relaciones sociales esclavistas, y que en su desarrollo da lugar a cambios esenciales en la vida espiritual de la sociedad helénica e intensifica el carácter contemplativo de la filosofía.
En este período aparecen tres corrientes principales de la filosofía helenística: el escepticismo, el epicureismo y el estoicismo.
Extraño a la ideología del cristianismo contemporánea a él, tiene el neoplatonismo una base común con el cristianismo: la crisis espiritual de la sociedad esclavista antigua. De ahí que comparta algunos rasgos de cristianismo, aunque influyera a su vez sobre las doctrinas filosóficas del mismo.
Punto de partida del neoplatonismo fue la llamada teología negativa, según la cual Dios es un ente acerca de cuya naturaleza es imposible todo juicio afirmativo y todo saber positivo. Plotino es el mejor neoplatónico mejor dotado, Porfirio es el lógico y Proclo, el sistematizador y comentarista: expuso la doctrina plotiniana en forma de diálogo.
Referencias bibliográficas
- Capelle, Wilhelm (2009). Historia de la filosofía griega. Madrid: Editorial Gredos. ISBN 978-84-249-3616-7.
- García Borrón, Juan Carlos (1998). Historia de la Filosofía, tomo I. Ediciones del Serbal. ISBN 84-7628-214-1.
- Guthrie, William Keith Chambers (1992/1999). Historia de la Filosofía Griega. Madrid: Editorial Gredos. ISBN 978-84-249-0947-5.
- Historia de la Filosofía. Tomo I. Cap. III. Pág 48-104