Gigantería
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Gigantería.Para los que viven en provincia es una fortuna poder pasear por la capital alguna que otra vez, caminar por las calles adoquinadas de la Habana vieja, tan llena de historia y culturas entremezcladas y luego sentarse un rato en el Malecón , ver los Leones de Prado o deleitarse con las figuras de los grandes portones del majestuoso Capitolio y al final de la tarde maravillarse con un grupo de artistas que no articulan palabra alguna y que no se mueven durante varios minutos o que están por encima del nivel montados en grandes zancos llevando alegría a los pasantes con trompetas, tambores, vestidos con trajes coloridos y haciendo malabares.
¿Quiénes son?

Orígenes
Cinco de los fundadores de Gigantería provenían de Chispa, un proyecto de investigación [[|right|154x104px]]teatral conducido por Vicente Revuelta en Teatro Estudio entre 1997 y 1999. Durante este período, Revuelta, sin duda uno de los principales artífices de la renovación de la escena cubana de los últimos 50 años, realizó sus dos últimas puestas en escena. La finalidad del proceso no apuntaba únicamente a la conclusión formal de estos espectáculos (pues los montajes eran una justificación más para implicar a los integrantes del grupo en una experiencia comunitaria): ante todo no se acercaban al teatro como destino y como acto. Vicente parecía más interesado en la espiritualidad que en la técnica del teatro, sembrando en ellos una de sus obsesiones personales más radicales: la necesidad del trabajo en grupo.
El sueño de la comunidad germinó y floreció en Somos la Tierra, nombre del proyecto que continuaron algunos de los integrantes de Chispa cuando ésta pareció extinguirse. Combinaban la exploración de los espacios urbanos y el deseo de realizar acciones a favor de la Madre Tierra. Utilizaban lemas de este tipo: «Es necesario propagar la conciencia ecológica sobre la inconciencia».
Como norma de acción se vinculaban a otros proyectos con búsquedas artísticas afines. Esto explica su relación con otro grupo llamado Tropazancos, que organizaba un festival de Teatro Callejero desde la Casa de la Cultura del Cerro, y con Cubensi, que entre otras acciones coordinaba un taller permanente para la enseñanza de los zancos en la Casa de la Cultura de Centro Habana. Cubensi, Tropazancos y Somos la Tierra comenzaron a interactuar espontáneamente. Ellos sentían la necesidad de unirse por pensar que de esa manera eran más fuertes.
Superación y esfuerzo.
Un grupo que nació en la calle y aún continúa siendo el referente social y espacial hacia el cual se proyecta por costumbre. Ha sido también importante que hayan trasmitido sus experiencias como un intento de perdurar el sentido de lo que hacen. Trabajan constantemente para que todos los miembros del grupo dominen la técnica de los zancos, pero además han enseñado los rudimentos básicos de esta técnica a más de 50 personas.
Los zancos fueron el detonante de las primeras búsquedas callejeras, pero con el paso de los años se fueron perfilando otros campos de investigación empírica: los malabares con pelotas o clavas, las habilidades con fuego (principalmente con soga, bastones y cadenas), la técnica del clown, así como también el uso de la voz y la plasticidad corporal.
Éstas no han sido las únicas áreas de exploración creativa. El universo musical del grupo ha devenido un área de aprendizaje de alta especialización, así como un proceso continuo de búsquedas que se enriquece cada día. Todo esto ha sido expresión de la necesidad de superación profesional, y también una respuesta natural a la relación de trabajo y de vida que han tenido con gran cantidad de artistas callejeros.
A veces se dedican al entrenamiento individual de estas disciplinas, para luego integrarlas a propuestas que se entretejen entre todos los miembros del equipo. Así, improvisando y jugando ven crecer La increíble y grande historia de las aventuras del caballero sir William y su kimbado escudero contra el furioso dragón Tribilín. El espectáculo puede ser comprendido hasta por niños pequeños, pero lo cierto es que en la calle se mezclan personas de todas las edades. No trabajamos pensando en la edad de los espectadores.
Repertorio
Gigantería Llegó a tener un repertorio de pequeñas piezas basadas en la animación teatral y el juego con grupos de niños que los ayudaban a contar e improvisar historias:
- La calabaza
- El trompeta de Mercaderes
- El baobab
- El drelo de oro del Diablo
- Elefantes
- La ceiba y la tiñosa
- Sueño de una fiesta de san Juan
- La Tarasca, esta última constituyó todo un acontecimiento pues hacía más de 200 años no se paseaba este personaje que solo fue visto por los habitantes de la Villa de San Cristóbal de La Habana que vivieron en ese tiempo. Las actas capitulares del Cabildo Habanero registran la presencia de esta reproducción del ser mitológico, en singulares cortejos religiosos y carnavalescos del Corpus.