La paz en Colombia
|
La paz en Colombia. Fue objetivo y justo el análisis Marulanda y el Partido Comunista de Colombia en las reflexiones publicadas en el pasado 5 de julio de 2008, nadie puede asegurar nunca que sus puntos de vista carecen de subjetivismo, siempre se puede correr el riesgo de parecer injusto.
Contenido
- Introducción / 1
- La Primera Declaración de La Habana / 9
- El acuerdo de Costa Rica / 9
- La respuesta de Cuba / 11
- La reunión de Punta del Este / 19
- La Segunda Declaración de La Habana / 35
- Los cuadernos de Marulanda / 53
- Jacobo Arenas / 69
- Los dos libros de Alape / 79
- San Vicente del Caguán / 93
- Los dos encuentros con Marulanda / 105
- Antecedentes / 105
- El valor de los principios / 127
- Sucesos de ficción / 149
- Cómo se salvaron muchas vidas, incluida la del Embajador de Estados Unidos / 175
- Diálogo con jefes guerrilleros colombianos / 193
- Primera parte / 193
- Diálogo con jefes guerrilleros colombianos / 223
- Segunda parte / 223
- Andrés Pastrana / 251
- Epílogo / 263
Introducción
Mi desacuerdo concepción de Marulanda se fundamenta experiencia vivida, no como teórico sino como político que enfrentó y debió resolver problemas muy parecidos como ciudadano y como guerrillero, solo que los suyos fueron más complejos y difíciles. Seria incorrecta la idea de que en Colombia y en Cuba se partía de las mismas circunstancias.
En común se compart’ia la ausencia inicial de una ideología revolucionaria, ya que nadie nace con ella y de un programa para llevar a la realidad más tarde a la construcción del socialismo. Cuando asesinaron al prestigioso líder popular Jorge Eliécer Gaitán el 9 de abril de 1948, Pedro Antonio Marín, campesino pobre que después adoptó el nombre de Manuel Marulanda en Honor a un patriota Colombiano, se incorporó al movimiento guerrillero Liberal.
Criterio del autor
- Fidel Castro Ruz
Es conocida esta oposición a cargar con los prisioneros de guerra, a aplicar políticas que los humillen o someterlos a las durísimas condiciones de la selva. De ese modo nunca rendirán las armas, aunque el combate estuviera perdido.
Tampoco estaba de acuerdo con la captura y retención de civiles ajenos a la guerra. Se debe añadir que los prisioneros y rehenes les restan capacidad de maniobra a los combatientes.
Sin embargo, la firmeza revolucionaria que mostró Marulanda y su disposición a luchar hasta la última gota de sangre lo hizo merecedor del afecto del pueblo.
Desarrollo
Tres días después de esta declaración el 2 septiembre de 1960, ante una enorme multitud de cientos de miles de cubanos enardecidos, se proclama la primera declaración de La Habana. Fue una merecida réplica.
Enlaces externos
- Belascoaín No. 864, Ciudad de La Habana, Cuba
Fuente
- Biblioteca Pública Los Reynaldo.
- La paz en Colombia por Fidel Castro Ruz.