Muñecas de cristal

En el mundialmente famoso Cabaret Tropicana, en La Habana “canalla y rumbera” de los años 50, con sus clubes nocturnos, boleritas, travestís y mamboletas, en La Habana secreta de politiqueros, ricachones y aristócratas de oropel, habitan las muñecas de cristal de Orlando Quiroga, modeladas sobre las muñecas de carne que también conoció el autor, gracias a su intensa labor periodística. El lujo, la profesionalidad y el esplendor del Paraíso bajo las Estrellas, en el que rutilan bailarinas, modelos, divas y divos, se entretejen y contrapuntean con las intrigas, ambiciones y celadas fuera de la escena, donde un enjambre de modistas, peluqueros, escenográfos y vestuaristas rodean a las estrellas en un verdadero infiernillo bajo el sol. Los odios, los amores, amoríos y desamores de estas mujeres de cristal, de porcelana, de acero y de barro, constituyen un testimonio humano unas veces divertido, otras desgarrador, siempre apasionante.