Los perros, como los humanos, pueden sufrir de dolor de cuello. Las causas son variadas, como un esguince muscular inocuo, la enfermedad discal, la meningitis o algún trastorno neurológico como la siringomielia.[1] El método que utilices para tratar el dolor de cuello de tu perro dependerá de la causa de los síntomas, de modo que es importante que lo diagnostiquen de manera precisa. Lleva a tu mascota a un veterinario apenas notes alguna señal de que le duele el cuello.

Método 1
Método 1 de 7:
Dolor de cuello causado por una lesión

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    Evalúa la lesión de tu perro. Estos animales pueden sufrir lesiones de latigazo cervical y esguinces de cuello con mucha facilidad. Algunas de las causas por las que tu perro podría experimentar dolor de cuello son un freno repentino del auto, un tirón en el cuello mientras juegan a lanzar y atrapar o un juego corriendo con otros perros.[2]
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    Programa una revisión. El veterinario tendrá que realizarle exámenes a tu perro y podría ordenar que le tomen rayos X, tomografías o una resonancia magnética para descartar problemas más graves. Es importante hacer el descarte de estos problemas ya que muchas enfermedades debilitantes e infecciones que causan dolor de cuello exigen un tratamiento médico rápido. Incluso un traumatismo grave de columna vertebral podría requerir una cirugía correctiva.[3]
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    Dale tratamiento complementario. Si tu perro sufre de un esguince de cuello, es posible que el veterinario le prescriba relajantes musculares y medicamentos antiinflamatorios para tratar el dolor y facilitarle el movimiento. Dale a tu perro mucho tiempo para descansar y recuperarse.[4]
    • No cedas a la tentación de administrarle medicamentos contra el dolor para humanos, a menos que el veterinario te lo haya indicado.
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Método 2
Método 2 de 7:
Dolor de cuello causado por la enfermedad de Lyme

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    Identifica los síntomas de la enfermedad de Lyme. La causa de este problema es la bacteria llamada Borrelia burgdorferi que se transmite a un huésped (en este caso, el perro) por medio de la mordida de una garrapata. Estos insectos pueden crecer en muchos ambientes diferentes en América del Norte y Europa.[5] Si tu perro ha estado en alguna área con césped o de bosque, es posible que se le haya subido una garrapata. Aunque en los humanos el eritema migratorio (o erupción diana) es una señal clara de una picadura de este insecto, en los animales no aparece, por lo que es más difícil diagnosticar esta enfermedad en los perros.[6] Algunos síntomas típicos son:
    • Dolor de cuello[7]
    • Espasmos musculares[8]
    • Dolor y sensibilidad al contacto[9]
    • Letargo[10]
    • Signos de fiebre[11]
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    Adminístrale antibióticos. La enfermedad de Lyme no se puede tratar sin una atención veterinaria adecuada. El veterinario que atiende a tu perro podrá darle los antibióticos que necesita para combatir la enfermedad y sentirse mejor. Algunos de los antibióticos que se indican con mayor frecuencia son la doxiciclina, la tetraciclina y la amoxicilina.[12]
    • Lo más probable es que tu perro tenga que tomar los antibióticos todos los días por un mes aproximadamente. Tu veterinario podría indicar que se extienda o disminuya la duración del tratamiento. Sigue sus recomendaciones y hazles preguntas si no sabes bien de qué manera y en qué momento debes administrárselos.[13]
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    Revisa a tu perro con frecuencia para ver si tiene garrapatas. Se debe revisar seguido a las mascotas que suelen estar en áreas con bosques o césped. Para hacerlo, cumple las indicaciones de la siguiente lista:
    • Pasa tus dedos sobre todo el cuerpo de tu perro. Revisa las áreas difíciles de ver como las axilas, entre los dedos y detrás de las orejas.[14]
    • Busca bultos o protuberancias. Cada vez que encuentres alguno, separa el pelo para inspeccionarlo. Utiliza una lupa si es necesario. Si ves un pequeño punto con ocho patas, lo más probable es que sea una garrapata.[15]
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    Retira las garrapatas cada vez que encuentres alguna. Es importante que actúes rápido ya que estos insectos pueden transmitir enfermedades a sus huéspedes dentro de las 24 horas después del contacto.[16] Haz lo siguiente para quitarle una garrapata a tu perro de manera segura:
    • Utiliza un par de pinzas limpias para agarrar la cabeza de la garrapata, lo más cerca de la piel de tu perro que puedas. Sería bueno que utilices guantes descartables para reducir las probabilidades de que tú contraigas alguna infección.[17]
    • Saca la garrapata de la piel. Si esta se desmiembra, asegúrate de quitar cualquier parte que se quede, pues también podría transmitir la enfermedad de Lyme.[18]
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Método 3
Método 3 de 7:
Dolor de cuello causado por la meningitis

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    Identifica los síntomas de la meningitis. Esta es una infección (generalmente viral) que provoca una inflamación de las meninges, que son las membranas que rodean el cerebro y la médula espinal. Puede afectar a cualquier raza de perros, pero algunas heredan formas específicas de esta enfermedad y no se sabe cómo ni por qué sucede esto. Algunas razas que se sabe que heredan la enfermedad son el beagle, el boyero de Berna, el pug y el maltés. Algunos síntomas típicos de la meningitis canina son:
    • Fiebre
    • Dolor de cuello
    • Cuello "rígido" y rigidez (dificultad para mover la cabeza y el cuello)
    • Debilidad en las piernas[19]
    • Pérdida del equilibrio[20]
    • Convulsiones[21]
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    Adminístrale medicamentos. La meningitis no se puede tratar sin una atención veterinaria apropiada. La línea de acción más común es suprimir la respuesta inmunológica, lo que se hace normalmente por medio de un tratamiento de altas dosis de esteroides. A los perros con meningitis se les receta normalmente la prednisona, aunque tu veterinario podría escoger otros medicamentos con o sin ella.[22]
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    Presta atención a las señales de una recaída. La meningitis canina se cura con muy poca frecuencia y aunque los tratamientos pueden reducir los síntomas y mejorar la calidad de vida de tu perro a corto plazo, las recaídas son bastante comunes y podrían ser fatales. Avísale al veterinario si ves algún signo de recaída en tu mascota.[23]
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Método 4
Método 4 de 7:
Dolor de cuello causado por la enfermedad discal cervical

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    Identifica los síntomas de la enfermedad discal cervical. Esta condición, también conocida como la enfermedad degenerativa del disco, suele ocurrir cuando el perro envejece. Por lo general, los discos se "resbalan" en una de estas dos maneras: extrusión discal, en la que el núcleo pulposo se sale del centro de la vértebra y causa daño en la médula espinal, o protrusión discal, en la que el anillo fibroso que rodea a la vértebra se vuelve más grueso, lo que provoca que la médula se contraiga causando dolor.[24] Algunos síntomas típicos son:
    • Dolor o sensibilidad en el cuello[25]
    • Aullidos o quejidos[26]
    • Rigidez del cuello[27]
    • Dificultad o incapacidad para bajar la cabeza durante la alimentación[28]
    • Dificultad para caminar[29]
    • Espalda arqueada[30]
    • Cabeza hacia abajo[31]
    • Incontinencia[32]
    • Parálisis[33]
  2. 2
    Obtén un diagnóstico. Un veterinario es la única persona que puede diagnosticar la enfermedad discal cervical. Probablemente tome unos rayos X del cuello y la médula espinal de tu perro para determinar si la causa de su dolor de cuello es una extrusión o protrusión discal.[34]
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    Proporciónale tratamiento complementario a tu perro. A menos que tu veterinario recomiende una cirugía para corregir el disco, la mejor manera de tratar la enfermedad discal cervical es por medio de un tratamiento complementario.[35]
    • Haz que las caminatas con tu perro sean relativamente cortas. Utiliza un arnés en lugar de sujetar la correa a su collar, pues este podría exigirle más el cuello.[36]
    • Administra cualquier medicamento contra el dolor o relajante muscular que el veterinario le prescriba a tu perro.[37]
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Método 5
Método 5 de 7:
Dolor de cuello causado por la espondilomielopatía cervical

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    Identifica los síntomas de la espondilomielopatía cervical. Llamado también síndrome de Wobbler, esta enfermedad es una condición dolorosa que se presenta en muchas razas de perros grandes, como los dóberman, los gran daneses y los mastines, y es provocada por una hernia de disco o por una deformidad ósea alrededor de la médula espinal.[38] El nombre Wobbler viene del vocablo inglés "wobbly" o inestable que describe la manera de caminar de los perros que tienen esta enfermedad.[39] Algunos síntomas típicos de la espondilomielopatía cervical son:
    • Debilidad en las extremidades[40]
    • Dificultad para pararse o levantarse después de recostarse.[41]
    • Tendencia a arrastrar una o más patas (por lo general las traseras; revisa si tiene las uñas desgastadas o astilladas pues son síntomas claros de este problema)[42]
    • Pérdida muscular desde los hombros [43]
    • Parálisis parcial o total de una o más extremidades[44]
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    Haz que lo diagnostiquen. Lo más probable es que el veterinario ordene un examen de rayos X, una tomografía o una resonancia magnética para saber si tu perro tiene esta enfermedad o no. Dependiendo de la gravedad de su problema, este profesional podría recomendar una cirugía.[45]
  3. 3
    Haz que tu perro reciba tratamiento complementario. A menos que el veterinario ordene que se le realice una cirugía para corregir el problema, lo mejor que puedes hacer es darle comodidad a tu mascota. Adminístrale cualquier medicamento que el médico indique para tratar la inflamación e hinchazón en el cuello y la columna vertebral. Además tendrás que disminuir la actividad de tu perro. Algunos veterinarios recomiendan mantener a los perros que presentan espondilomielopatía cervical en una jaula para que descansen y se restrinja su movimiento.[46]
    • Si el veterinario diagnostica a tu perro con espondilomielopatía cervical, tendrás que utilizar un arnés para llevarlo a pasear en lugar de una correa. No le pongas un collar si tiene esta enfermedad.[47]
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    Ten en cuenta la terapia física. Algunas clínicas veterinarias ofrecen terapia acuática y acupuntura como parte de un tratamiento de rehabilitación holístico. Conversa con el veterinario sobre las opciones que podrían funcionar mejor en el caso de tu perro.[48]
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Método 6
Método 6 de 7:
Dolor de cuello causado por la distemper canina

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    Identifica los síntomas de la distemper canina. Esta es una condición que normalmente se previene con una vacuna, pero los perros jóvenes que todavía no las tienen completas podrían contraer esta infección debilitante. Algunos síntomas típicos de la distemper son:
    • Fiebre[49]
    • Disminución del apetito[50]
    • Secreción de mucosa de los ojos o la nariz[51]
    • Tos acompañada por lo general de neumonía[52]
    • Vómitos[53]
    • Diarrea[54]
    • Almohadillas de las patas y nariz con callos[55]
    • Dientes manchados o picados[56]
    • Convulsiones, contracciones o temblores[57]
    • Falta de equilibrio[58]
    • Debilidad en las extremedidades[59]
    • Dolor del cuello[60]
    • Rigidez muscular[61]
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    Haz que lo diagnostiquen. El veterinario le hará pruebas de sangre a tu perro. Es posible que le haga también pruebas de reacción en cadena de polimerasa o PCR (que buscan el ARN del virus) y quizás tenga que realizarle una punción lumbar para revisar si en el fluido cerebroespinal hay anticuerpos de distemper.[62]
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    Proporciónale tratamiento complementario a tu mascota. Algunos veterinarios creen que la única forma de que el perro se recupere de la distemper canina es que el sistema inmunológico se sobreponga al virus. Mientras tu perro se recupera, el veterinario podría recomendarte que le des un tratamiento complementario para aliviar sus síntomas y facilitar su curación.[63]
    • Es posible que le prescriban antibióticos a tu perro, los que tendrás que administrarle para tratar infecciones bacterianas secundarias como la neumonía.[64]
    • El veterinario podría recomendarte que utilices un dilatador de vías respiratorias para mejorar las dificultades para respirar que tendrá tu mascota.[65]
    • Se pueden administrar fluidos intravenosos para evitar la deshidratación y la falta de nutrientes cuando hay diarrea persistente.[66]
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Método 7
Método 7 de 7:
Hacer la vida de tu perro más cómoda

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    Utiliza un arnés para llevar a pasear a tu perro. Si este sufre cualquier tipo de dolor de cuello, un collar le hará sentir mucha tensión e incomodidad en el cuello y en la columna. Una alternativa útil puede ser el arnés pues este distribuye la presión en el pecho y no causa tensión en el cuello del perro. No utilices el collar y, cada vez que puedas, dale un tiempo a tu perro en el que esté libre y sin correa en un jardín, en lugar de sacarlo a caminar con ella.[67]
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    Utiliza una almohadilla o bolsa térmica. La terapia térmica es una herramienta útil para aliviar un dolor de cuello leve, en especial en el caso de los perros que sufren de artritis.[68]
    • Sigue las instrucciones del envase de la almohadilla y caliéntala el tiempo adecuado. Después háblale tranquilamente a tu perro, haz que se eche y coloca la almohadilla sobre su cuello por unos cinco a diez minutos cada vez.
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    Haz que la comida y el agua estén más accesibles para tu perro. Si este sufre de dolor de cuello, podría serle difícil bajar la cabeza para comer o beber de su plato si se lo pones en el suelo. Ponle su plato en un lugar elevado, a una altura que le permita comer y beber sin tener que doblarse o inclinarse.[69]
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    Supervisa cualquier deterioro en la movilidad de tu perro. Es importante que al tratar el dolor de cuello estés alerta a algún deterioro en la motricidad de tu perro. Este dolor con frecuencia es una señal de alerta de otros problemas de salud inminentes, así que es importante identificar y tratar la causa en lugar de solo concentrarte en el dolor mismo.
    • Cualquier perro que tenga dolor de cuello debe guardar reposo ya que el movimiento suele empeorarlo. Si este presenta otros síntomas como dejar la comida, es fundamental que lo revise un veterinario.
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Consejos

  • El dolor de cuello es más común en algunas razas de perro que en otras. La estadística coincide con una mayor incidencia de la enfermedad discal en algunas razas como el dachshund (salchicha), el Cavalier King Charles spaniel, el beagle y el shih tzu. Habla con el veterinario si crees que tu perro podría tener alguna lesión en el cuello o la columna.
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Acerca de este wikiHow

Ray Spragley, DVM
Coescrito por:
Veterinario
Este artículo fue coescrito por Ray Spragley, DVM. El Dr. Ray Spragley es doctor en Medicina Veterinaria y propietario / fundador de Zen Dog Veterinary Care PLLC en Nueva York. Con experiencia en múltiples instituciones y consultorios privados, las especializaciones e intereses del Dr. Spragley incluyen el manejo no quirúrgico de los desgarros del ligamento cruzado craneal, la enfermedad del disco intervertebral (IVDD) y el manejo del dolor en la osteoartritis. El Dr. Spragley tiene una licenciatura en biología de SUNY Albany y un título de Doctor en Medicina Veterinaria (DVM) de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Ross. También es terapeuta de rehabilitación canina certificado (CCRT) a través del Instituto de rehabilitación canina, así como acupunturista veterinario certificado (CVA) a través de la Universidad de Chi. Este artículo ha sido visto 116 408 veces.
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