Tums es una marca de antiácidos que se pueden usar para tratar la acidez y la indigestión ácida. Su ingrediente activo es el calcio, el cual neutraliza los ácidos del estómago que causan el reflujo ácido. Está disponible sin necesidad de prescripción médica y tiene un riesgo muy bajo de efectos secundarios graves, lo cual hace que sea una solución segura y conveniente para los problemas gástricos. Habla con un médico para asegurarte de que Tums sea el tratamiento más adecuado para tus síntomas, lee la etiqueta del producto y tómalo según sea necesario para tratar la acidez o la indigestión ácida.

Método 1
Método 1 de 3:

Tratar la acidez con Tums

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    Si eres adulto, toma de 2 a 4 pastillas a menos que se te indique otra cosa. La mayoría de los productos de Tums recomiendan tomar dosis de 2 a 4 pastillas. Sin embargo, algunos productos son más fuertes, como Tums Ultra, y se deben tomar en dosis de 2 o 3 pastillas.[1]
    • Si tienes dudas, lee la etiqueta en el producto de Tums. Los productos y las concentraciones distintos pueden tener dosis diferentes.[2]
    • Si tienes menos de 12 años, pide a un adulto que te ayude a tomar Tums para niños.
    • Si tomas medicamentos prescritos, habla con un médico o con un farmacéutico antes de tomar Tums, pues este puede interferir con algunos medicamentos.
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    Evita tomar más de 10 pastillas en 24 horas. Si experimentas síntomas persistentes y tomas Tums con frecuencia, mantén un registro de cuánto tomas y no excedas la dosis máxima. Es probable que debas consultar con un médico si la dosis máxima no hace que tus síntomas mejoren.[3]
    • Si has tomado la dosis máxima por 2 semanas, deja de tomarlo hasta que hables con un médico.
    • Si estás embarazada o en etapa de lactancia, habla con un médico antes de tomarlo.[4]
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    Usa Tums cuando sientas acidez o indigestión ácida. Debes tomarlo según sea necesario, así que no tienes que tomarlo regularmente para que sea efectivo. Solo tómalo cuando necesites alivio.[5]
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    Toma Tums 1 hora después de comer si tienes acidez regularmente. Si generalmente experimentas acidez o indigestión ácida en momentos predecibles, como después de comer ciertos alimentos, es probable que debas tomarlo 1 hora después de comer aunque aún no sientas ningún síntoma.[6]
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    Toma Tums al menos 1 hora antes o 4 horas después de cualquier otro medicamento. Debido a que contiene calcio, ocasionalmente puede hacer que sea más difícil para tu cuerpo absorber otros medicamentos o vitaminas, por lo que es mejor tomarlos con una diferencia de tiempo. Esta medida ayudará a impedir que interfiera con otros medicamentos.[7]
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    Guarda el medicamento a temperatura ambiente y evita la exposición directa a la luz solar. Para que Tums se mantenga fresco y que funcione efectivamente, mantenlo en un envase sellado herméticamente y guárdalo en algún lugar que se mantenga frío y seco. Un botiquín o un cajón es un buen lugar para guardarlo.[8]
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Método 2
Método 2 de 3:

Escoger el producto de Tums adecuado

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    Usa Tums Regular Strength (Concentración clásica) si la acidez generalmente es leve. Si la acidez o la indigestión ácida que experimentas generalmente es moderada, Tums Concentración clásica debe ser suficiente para tratar los síntomas. El producto debe decir “Concentración clásica” o “500 miligramos” en algún lugar de la etiqueta.[9]
    • Tums ofrece varios sabores distintos de productos de concentración clásica, así como las variedades “masticables”, las cuales tienen una textura correosa y no dura.[10]
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    Compra Tums Extra Strength (Extraconcentración) y Ultra Strength (Ultraconcentración) si la acidez es intensa. Si tienes una acidez o una indigestión ácida muy fuerte, o si Tums Concentración clásica no hace que los síntomas mejoren, compra Tums Extraconcentración o Ultraconcentración. Estos productos deben tener 750 miligramos de carbonato de calcio por dosis, lo cual hará que sean más efectivos para los síntomas intensos.[11]
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    Usa Tums Kids (para niños) para pequeños de menos de 12 años. Este está especialmente formulado para niños más pequeños y se debe usar en vez del regular. Es probable que debas consultar con el médico del niño antes de darle Tums, especialmente si experimenta acidez con frecuencia o si tiene algún síntoma adicional como náuseas o diarrea.[12]
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Método 3
Método 3 de 3:

Hablar con un médico acerca de Tums

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    Habla con un médico si usas Tums con frecuencia o si tomas otros medicamentos. Tums tiene pocos riesgos y efectos secundarios, pero si lo tomas todos los días por periodos largos de tiempo, puede ser una buena idea hablar con un médico. También debes ver a uno si tomar Tums no hace que mejore la acidez o si experimentas síntomas más graves, como náuseas, diarrea o dolor de pecho.[13]
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    Habla de cualquier alergia que tengas o de los medicamentos que tomes actualmente con el médico. Es raro que Tums cause reacciones alérgicas o interaccione negativamente con otros medicamentos, pero siempre es una buena idea hablar con un médico acerca de todo lo que tomas. Esto es especialmente cierto si el médico te da una prescripción nueva. Aunque solo tomes Tums ocasionalmente, debes incluirlo al hacer una lista de tus medicamentos.[14]
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    Dile al médico si estás en etapa de lactancia, si estás embarazada o si esperas salir embarazada. Tums contiene calcio, el cual impide que tu cuerpo absorba efectivamente el hierro. El hierro es un mineral muy importante para las mujeres embarazadas y en etapa de lactancia, lo cual significa que el médico puede ordenarte que tomes Tums de manera distinta para evitar que limite tu absorción de hierro.[15]
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    Haz saber al médico si has tenido cálculos renales. En casos raros, tomar grandes cantidades de calcio puede conducir al desarrollo de cálculos renales. Si has tenido cálculos renales en el pasado o si tienes niveles altos de calcio, el médico puede aconsejarte que evites tomar Tums o que lo uses solo ocasionalmente.[16]
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Acerca de este wikiHow

Peter Gardner, MD
Coescrito por:
Gastroenterólogo certificado por el colegio oficial
Este artículo fue coescrito por Peter Gardner, MD. El doctor Peter W. Gardner es un médico certificado que ha practicado la gastroenterología y hepatología por más de 30 años. Se especializa en enfermedades del sistema digestivo y el hígado. Obtuvo su licenciatura en la Universidad de Carolina del Norte y asistió a la Escuela de Medicina de Georgetown. Completó su residencia en medicina interna y luego su especialización en gastroenterología en la Universidad de Connecticut. Previamente, fue jefe de gastroenterología en el Stamford Hospital y sigue siendo parte del personal. También forma parte del personal del Greenwich Hospital y del Hospital Presbiteriano de Nueva York (Columbia). El Dr. Gardner es un consultor autorizado en medicina interna y gastroenterología de la Junta Americana de Medicina Interna. Este artículo ha sido visto 18 966 veces.
Categorías: Salud
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