David Liberman
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Datos biográficos
Nacimiento
Nació en Buenos Aires, Argentina, el 1 de julio de 1920 Su infancia transcurrió en las inmediaciones de donde hoy se erige la Facultad de Medicina.
Familia
Era el segundo hijo de Sam Liberman famoso entre los años cuarenta y cincuenta por su orquesta de Jazz integrada por "Sam" y sus dos hijos varones David y Bernardo. David tenía también una hermana mayor. Sam Liberman era israelí, nacido en Safed, la ciudad de los cabalistas. David Liberman conoció a Fedora, su mujer, en un baile en La Falda (Córdoba) al tener 18 años. Fue un "amor a primera vista" y se casaron seis años después en 1945. Tuvieron dos hijos, Diana Liberman de Vanelli, actualmente médica psicoanalista, y Alex, periodista.
Trayectoria
David consagró su vida a la música y luego al psicoanálisis y de alguna manera logró integrar ambas esferas o disciplinas, ya que además de su aplicación de las Teorías de la comunicación al estudio de la sesión psicoanalítica, le interesó siempre grabar ciertas sesiones y detectar en las diferentes voces de los pacientes, las melodías, armonías, rubattos, contrapuntos, disonancias, que hubiera en ellas. Liberman fue como maestro, supervisor, psicoanalista, alguien muy especial por que su entrega a estas actividades había entrado en el registro de lo mitológico. Las horas que dedicaba a su trabajo en el consultorio, sus frases memorables condensadas y desenvueltas, en las supervisiones, que no condecían con el léxico pulido e impecable de sus escritos, tenían la finalidad de hacerse entender y enseñar a entender. Esa fue, creo, la cualidad más significativa de su persona. La vehemencia, efusividad, entusiasmo, o ímpetu con que apostó a poder detectar que es lo que nos están comunicando los pacientes, y como comunicarnos con ellos. El inducir a sus alumnos a considerar la sesión como un objeto de investigación produjo una revolución en la forma de trabajar de varias generaciones de psicoanalistas, que se formaron en la Asociación Psicoanalítica Argentina, en Asociaciones latinoamericanas y luego en APdeBA. Consistía en trabajar relajadamente con el analizando pero luego, ya sin la presencia del paciente en el consultorio se busca reconstruir la sesión, estudiarla minuciosamente, y transformarse en un investigador, de lo que él llamó, "la apertura de un segundo circuito". Liberman descubrió un nuevo mundo en lo que a la técnica psicoanalítica se refiere antes de él, no sólo que los pacientes eran tratados como un todo único (aunque supiése que presentaban patologías diferentes) sino que el suyo fue de los pocos aportes a la técnica del psicoanálisis individual, desde 1914.
Descubrimientos
Los descubrimientos de Liberman son fundamentales métodos de observación de los datos que proporciona el paciente y del efecto que en el paciente producen las interpretaciones. Liberman también se agrupó con los que consideraban al análisis como inductor de transferencia y trabajó en ese sentido. A pesar de todos sus hallazgos y aportes fue su libro La comunicación en terapéutica psicoanalítica (1960), el que jalona el momento en que Liberman declara a la sesión terapéutica como unidad o módulo de investigación psicoanalítica. En ese libro David se propone volcar los principios básicos del psicoanálisis (libido, inconsciente, transferencia, fijación) a la teoría de la comunicación. Cada punto de fijación, y por consiguiente de regresión en la transferencia corresponde a un tipo o modelo de la comunicación de Ruesh. Esta clasificación muy sintéticamente sería la siguiente:
- La persona observadora no participante, corresponde al paciente esquizoide fijado en la etapa oral de succión.
- La persona depresiva, es el melancólico, fijado en la etapa oral secundaria.
- La persona de acción es el psicópata o el perverso fijado en la etapa anal expulsiva.
- La persona lógica, paciente obsesivo, fijado a la etapa anal secundaria.
- La persona atemorizada y huidiza es el carácter fóbico, la histeria de angustia con fijación en el Edipo positivo.
- La persona demostrativa sería la histeria de conversión, también fijada en lo edípico.
- La persona demostrativa sería la única que podría acceder al registro de lo simbólico capacidad que se malograría si la regresión transferencial estimulara intensamente elementos del Edipo (transferencia erótica, etc.).
En concordancia con estos estilos de comunicación del paciente, estarían los estilos o registros en que debería moverse óptimamente el analista, para provocar efectos estructurantes en el paciente, que en la nomenclatura de Liberman, sería "favorecer un cambio en el registro o estilo del paciente". Haydée Celia Kohan, al hablar en su reseña sobre Liberman afirmó: