Las brujas de Salem (libro)
|
Las Brujas de Salem. Obra de teatro de Arthur Miller escrita en 1953. Está basada en los hechos que rodearon a los juicios de brujas de Salem, Massachusetts en 1692.
Argumento
La obra tiene lugar en el año 1692 en la ciudad de Salem, Massachusetts, Estados Unidos.
Un grupo de jovencitas siembra el escándalo en esa comunidad rural, pacífica pero sofocante debido a las estrictas normas religiosas que rigen la vida cotidiana.
Dos niñas enferman después de ser vistas bailando desnudas en el bosque de noche, y al estar en un ambiente muy religioso y puritano, se sospecha que puedan estar embrujadas por alguien del pueblo.
Para comprobar si esto es así, traen de otra ciudad a un especialista en identificar brujas, y comienza una investigación. Al principio las personas más cuerdas del pueblo, creen que no pasará nada y que las acusaciones son totalmente descabelladas. Pero poco a poco el ambiente comenzará a cambiar y los vecinos comienzan a acusarse los unos a los otros. El pueblo cae presa de una histeria colectiva y lo que al principio les parecían tonterías termina en la ejecución de personas y animales.
Análisis de la obra
Inspirada en una historia real y escrita en cuatro actos tiene gran intensidad dramática. El tema es el juicio, impuesto por una rígida religiosidad.
Sus diálogos están llenos de pasajes interesantes donde denota el criticismo, la rigidez y el pensamiento de la época.

Es sin duda, una crítica muy abierta a la religiosidad y al mal entendido que los curas y los adeptos le daban a la espiritualidad. Se vivía con miedo, con un orden impuesto con exigencias del exterior. No era permitida la crítica, el pensamiento libre, el raciocinio. Era una época de oscurantismo en todo sentido: en las lecturas, en las acciones, en el pensamiento, en la forma de vida, etc. No existía la libertad de expresión y de vida. La moral era vista desde una sola vía y era incuestionable, por tanto, aquel que se saliera de la norma, era castigado severamente hasta con la muerte. Había mucha superstición y fanatismo.
La obra está escrita de un modo no convencional. La forma de fondo es igual a la de toda obra de teatro, pero adicionalmente, el autor describe más allá de lo usual (o leído hasta el momento) el temperamento de algún personaje importante, dando sus propios puntos de vista como si fuera una novela descriptiva.

La histeria colectiva se da cuando los condenados ven con claridad que cualquier cosa que traten de decir en su defensa, siempre es mal interpretado por el juez. Pareciera que los argumentos que tienen a su favor, se revierten en su contra. No hay forma de ganar, solo de perder. Lo que indica que una lógica perversa es capaz de distorsionar la verdad.
La forma y la estructura de la obra se mantienen de principio a fin. El final se cierra con un personaje secundario: Elizabeth. Y es un final infeliz y triste.
Es un ejemplo muy crudo de las circunstancias de la época, de la forma en que se imponía la religión: sin cuestionamientos. Eso llevaba a quienes tenían en su poder el mando (los curas o sacerdotes) a ser figuras muy drásticas, rígidas no caracterizadas por el amor y el don generoso de dar y guiar vidas a través de sus actos y palabras.
Personajes
Los personajes son simples, pero dentro de su simpleza adquieren grandes dimensiones, tratan de cambiar una actitud, un juicio, aunque nunca lo logran existe el intento y lo hacen.
Los personajes del cura y del juez se dan a odiar. Danforth, el juez, es el máximo exponente (en la obra) de lo que significa velar porque se cumpla una norma versus velar por los intereses humanos. Era frío, déspota, autoritario. Lo único que le importaba era su juicio y el cumplimiento de las leyes.
Parris y Hale, que también tienen que ver en los juicios, se ven pálidos conductualmente, después del personaje de Danforth.
El personaje de Proctor se vuelve heróico. Siendo al principio un personaje normal, burdo, con muchas acciones “pecaminosas” al final muestra su grandeza de carácter. Un hombre noble que con tal de salvar su vida y la de su mujer, está listo a asumir las consecuencias de sus actos más allá de lo esperado. No acepta las mentiras, pero siendo un hombre que se considera a sí mismo “humano” en el sentido de “no perfecto”, es incapaz de traicionar a sus amigos y menos lo más grande que posee: su mismiedad.
El personaje de Abigail es intenso. Una jovencita que fue educada bajo la tutela de su tío pastor. En una “buena casa” con “buenos principios” y luego por una venganza es capaz de dominar al pueblo entero, haciendo que su mentira se convierta en una verdad incuestionable. Ella está enamorada de Proctor, tiene un “affaire” pasajero con él, (del cual Proctor se arrepiente) y ella, con tal de enviar a Elizabeth (mujer de Proctor) a la cárcel y a la muerte, la acusa de hechicera. Abigail finge en todo momento. Se vuelve popular y de alguna forma, va vengando con sus acusaciones, algo que le molesta de los demás. Quizá sus costumbres puritanas, mismas que ella es incapaz de obedecer. De una jovencita ignorada, se convierte de la noche a la mañana, en la protagonista del pueblo. En su poder está matar o dejar vivir. Y prefiere lo primero.
En los diálogos de los personajes principales queda constancia de la manera de pensar de la época.
Temas tratados
- El efecto devastador de la superstición, la ignorancia y la religiosidad intolerante.
- El mal como un talento siniestro para convencer y llevar a la destrucción a inocentes sin ningún escrúpulo.
- La corrupción de la autoridad decidiendo seguir los procesos judiciales después de saber la falsedad de las acusaciones por no quedar como incompetentes.
- Mantener la dignidad por encima de todo.
Representaciones en teatro y cine
- En 1996 la obra fue llevada al cine por la Twentieth Century Fox, con la dirección de Nicholas Hytner y adaptada por el propio Arthur Miller. La cinta fue protagonizada por Daniel Day-Lewis como John Proctor y Winona Ryder como Abigail. También participan Joan Allen, Bruce Davison y Paul Scofield. La obra le valió una nominación al Oscar a Joan Allen como Actriz de Reparto y una a Arthur Miller a Mejor Guion Adaptado, además de un premio BAFTA para Paul Scofield como Actor de Reparto por su papel del Juez Thomas Danforth.
- En 2002 el director Joseph Sargent volvio a llevar a Las brujas de Salem al cine con un gran elenco conformado por: Jay O. Sanders, Henry Czerny, Peter Ustinov, Shirley MacLaine, Alan Bates, Kristin Booth.
- En España la obra se estrenó en el Teatro Español de Madrid, en diciembre de 1956 y estuvo dirigida por José Tamayo Rivas e interpretada por Francisco Rabal, Asunción Sancho, Andrés Mejuto, Ana María Noe, Berta Riaza, Alfonso Muñoz, Társila Criado, Adela Carbone, Antonio Ferrandis, Manuel Díaz González y Analía Gadé.