Luis José de Orbegoso
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Síntesis Biográfica
Participó con José de San Martín en la guerra de la independencia y en la guerra contra la Gran Colombia durante el gobierno de José de La Mar. Luego del primer gobierno de Agustín Gamarra fue elegido Presidente Constitucional de la República en 1833 ganándole a Pedro Pablo Bermúdez, preferido de Gamarra. Bajo su gobierno se promulgó la Constitución de 1834.
En pago al apoyo que recibió de Santa Cruz, accedió a formar con éste la Confederación Perú Boliviana. Santa Cruz asumió el Supremo Protectorado de la Confederación y Orbegoso mantuvo únicamente la presidencia del Estado Nor Peruano. Luego de ser derrotado por la expedición restauradora de Gamarra y Chile, Orbegoso tuvo que abandonar el país, regresando posteriormente ya alejado de la vida política activa.
Tal actitud mereció que se le otorgara la medalla cívica que el Congreso Constituyente mandó acuñar con el busto de Bolívar (12 de febrero de 1825), para testimoniar el agradecimiento a quienes habían colaborado en la empresa libertadora.
En su condición de diputado por Trujillo al frustrado Congreso de 1826, presidió la comisión enviada ante Bolívar para solicitarle que permaneciese en el país. El 28 de abril de 1826 fue ascendido a General de Brigada y reasumió la prefectura de Trujillo. Con el diputado Antonio Arteaga viajó a Guayaquil para comunicar al mariscal José de la Mar su elección como Presidente de la República.
Indignado, Orbegoso se refugió en la fragata francesa Andromède y desde allí amenazó con publicar documentos comprometedores de Santa Cruz. Ambos caudillos se entrevistaron durante cuatro horas en la nave, pero sin ningún resultado. Orbegoso se embarcó en una goleta mercante, rumbo a Guayaquil (4 de diciembre de 1838). Poco después, Santa Cruz era derrotado por los restauradores en la batalla de Yungay, finalizando así la guerra, sellada con la disolución de la Confederación.
Muerte
Orbegoso permaneció en Guayaquil hasta 1844. Luego retornó a Trujillo donde pasó sus últimos años retirado de toda actividad pública. Murió el 5 de febrero de 1847, en su solariega casa trujillana. Sus restos mortales fueron conducidos a la iglesia del convento de La Merced y de allí al cementerio de Miraflores. Dejó una cuantiosa fortuna.
Al conmemorarse los 150 años de su muerte, sus restos fueron trasladados, en solemne ceremonia, a uno de los ambientes de su casa trujillana, en donde actualmente permanecen.