Operación Castigo
|
Operación Chastise o Operación Castigo. Realizada en la noche del 16 al 17 de mayo de 1943. Misión destinada a la destrucción de las presas Alemanas: Listerpor, Ennepeque, Möhne, Sorpe y Ederde de gran importancia para la Alemania Nazi.
Construcción de la Presa Möhne
En el año 1913 tras cinco años de construcción, fue inaugurada en Alemania la presa de Möhne. Su muro de contención de 40 metros de altura por 34 metros de ancho y 640 metros de longitud la convertían en la más grande de Europa con una capacidad para embalsar agua de 140 millones de toneladas.
Tan solo dos años después, entraba en funcionamiento la presa de Eder, siendo sus dimensiones un tercio mayores que la primera. Ambas, junto a otras más pequeñas, tenían por misión suministrar energía eléctrica a la importante región industrial de la cuenca del río Rhur, así como regular de forma constante su caudal para hacerlo navegable incluso en periodos de sequía y proporcionar agua potable a más de cuatro millones de personas.
Era evidente que en tiempos de guerra, estas instalaciones fueran de vital importancia para los alemanes ya que hacían posible que sus numerosas fábricas de armamento instaladas en la zona, suministraran a su Ejército abundante material pesado para continuar la contienda.
Desarrollo de la Operación Castigo
Preparación de la misión de ataque
El científico e ingeniero inglés Barnes Wallis, diseñador entre otros ingenios, del avión de bombardeo “Wellington” que había estudiado concienzudamente los detallados informes publicados en 1932 por los ingenieros germanos sobre la construcción de las presas, convenció al Ministerio de la Guerra Británico para que le permitiese desarrollar sus teorías conducentes a destruirlas empleando la Fuerza aérea.
Tras los fracasos obtenidos en los primeros ensayos sobre presas a escala reducida, se observó que se requerían para inutilizar las bombas de unas 40 toneladas, las cuales eran imposible de ser transportada en ningún avión de la época y dado que era impensable atacarlas con torpedos debido a las redes de protección con que contaban, Wallis llegó a la conclusión de utilizar una bomba que lanzada a una determinada velocidad fuera rebotando un número exacto de veces en la superficie del agua hasta que chocara con la pared del muro de contención, momento en el cual se hundiría poco a poco , haciendo explosión mediante tres dispositivos hidrostáticos a una profundidad de 9 metros calculada para que la onda expansiva produjera los mayores efectos destructivos.
En sucesivos experimentos realizados con artefactos lastrados de cemento incluidas pruebas en una presa fuera de uso de Gales, un quinto menor que la de Möhne perfilaron la bomba a utilizar. Su fabricación fue compleja debido a la escasez de acero que existía en Inglaterra, lo que obligó a desechar que fueran esféricas como originalmente se proyectaron pero al fin, trabajando febrilmente y “contra reloj” lograron obtener el número de ellas deseado que fueron sometidas a mejoras constantes conforme eran probadas hasta que se entregaron las definitivas del ataque el 13 de mayo de 1943.
Tenían forma de tambor cilíndrico de 1,3 metros de diámetro por una longitud total de 1.5 metros y 4, 2 Toneladas de peso. Su nombre en clave fue “upkeep” (mantenimiento) y contenían una carga de 2700 Kilógramos de un explosivo especial subacuático denominado Torpex, 50 veces más potente que la trilita o TNT.
Creación del escuadrón 617 º de bombarderos de la RAF

En marzo de 1943, Guy Gibson el más joven (24 años) y uno de los más brillantes pilotos de bombardero de la Royal Air Force contaba con más de 170 acciones de guerra especialmente nocturnas, recibió la orden de elegir y preparar unas dotaciones para efectuar una misión especial de la que solo le adelantaron que se llevaría a cabo sobre suelo alemán. Había nacido el 617º Escuadrón, que con base en Scampton al este de Inglaterra se formó en tan solo dos días con personal escogido entre los que destacaban 21 de los mejores aviadores existentes en el Reino Unido del total de 133 hombres que la componían, 90 eran ingleses, 28 canadienses, 12 australianos, 2 neozelandeses y un piloto norteamericano el capitán Joseph C.McCarthy encuadrado en la RAF.
Las tripulaciones se sometieron durante más de dos meses a duros entrenamientos tanto diurnos como nocturnos en los lagos y valles escoceses. Practicaron fundamentalmente los vuelos rasantes, que tendrían que efectuar en su larga aproximación al objetivo para evitar ser localizados por los radares y la caza alemana no más de 450 metros de cota, pero también aspectos complejos como era el lanzar las bombas a una determinada distancia y a 18 metros sobre el nivel del agua era la altura ideal según Wallis desde aviones que irían a una velocidad de unos 354 kilómetros por hora y por la noche.
Para calcular el momento del lanzamiento, los pilotos dispondrían de un elemental visor de madera en forma de triángulo, con uno de sus vértices horadado en forma de ocular y un clavo en cada extremo de los restantes brazos. Haciendo coincidir la visual de éstos, con las dos torres ubicadas en el embalse, se conseguiría que la distancia 370 metros antes de la presa fuese la correcta.
Dado que antes del ataque y durante un prolongado trayecto, los bombarderos tenían que conservar una altitud constante de vuelo y que los altímetros con que estaban dotados no se podían utilizar marcaban mediciones mínimas superiores a los 18 metros previstos para arrojar las bombas se ideó un ingenioso sistema para solucionarlo. Consistía en ubicar en su parte delantera y trasera sendos focos con una inclinación determinada, cuyos círculos de luz sobre el agua solo convergían entre sí cuando el avión estuviera a la altura correcta.
Últimos preparativos

Mientras esto sucedía, aviones de reconocimiento fotografiaban las presas alemanas con un doble motivo: asegurarse de que la ubicación exacta de sus defensas antiaéreas eran incomprensiblemente escasas a su alrededor y deducir la fecha en que los embalses alcanzarían el máximo nivel de sus aguas. Ésta se fijó para la semana del 13 al 19 de mayo, en la que estarían a un metro de ese nivel, lo que añadido a que coincidiría con luna llena, haría más fácil la ejecución del ataque.
En la madrugada del 16 de mayo, los 19 “Lancaster” que iban a participar en la misión fueron pertrechados tanto con las bombas destinadas a los objetivos como con munición trazadora para sus ametralladoras de a bordo, las cuales tenían que ser disparadas ininterrumpidamente con el objeto de distraer e impresionar a las defensas alemanas en el transcurso de la incursión.
Ejecución de la misión
A las 21,28 horas de ese mismo día, despegó el primer grupo de cinco aviones al mando del ya citado capitán McCarthy. Cruzando por el Mar del Norte, entrarían en territorio enemigo por la parte septentrional de Holanda, con la doble misión de atraer hacia ellos la previsible reacción alemana así como atacar la presa de Sorpe.
Diez minutos más tarde, abandonaba la base el propio Gibson en tres oleadas de tres aparatos cada una, con rumbo a los objetivos prioritarios constituidos por las presas de Möhne y Eder. Cerca de la medianoche, salían los últimos cinco “Lancaster” que al actuar en reserva, tenían que bombardear las presas menores de Diemel, Ennepe y Lister o ayudar en el esfuerzo principal según fueran requeridos.
Ataques y efectos
Los resultados que obtuvieron los tres equipos fueron desiguales:
- De los cinco aviones comandados por McCarthy, uno de ellos tuvo que abortar la misión y regresar a la base al rozar cerca de la costa holandesa la bomba que transportaba con la superficie del mar y perderla. Dos aparatos, fueron derribados por la artillería antiaérea en el vuelo de aproximación al valle del Rhur, muriendo sus ocupantes y un tercero alcanzado también, volvió a Inglaterra sin haber siquiera divisado el blanco. Solamente el piloto norteamericano, que a causa de un fallo mecánico en el momento del despegue tuvo que cambiar el avión a uno de reserva que le supuso un retraso de 34 minutos con el resto de la formación volaba cien metros por detrás de sus compañeros, logró lanzar la bomba a las 00.46 horas del día 17 pero solo consiguió dañar levemente y sin consecuencias graves el muro de la estructura de la presa de Sorpe.
- El segundo grupo de ataque que había volado 80 kilómetros más al sur que el anterior perdió un avión en su viaje de ida al tocar un tendido eléctrico, pero sorteando el fuego de las defensas alemanas consigue el propio Gibson enfocar la presa de Möhne y arrojar correctamente su bomba a las 00.28 horas, aunque sin efectos sobre ella. El aeroplano que le seguía, es sin embargo dañado de importancia en una de sus alas por dichas defensas, lo que le obligó a desprenderse demasiado tarde de la bomba que al hacer explosión al otro lado del muro, le arrastró envuelto en llamas hacia la central eléctrica situada en la base de la presa logrando destruirla en su caída. Dos tripulantes se salvaron al lanzarse en paracaídas.
- El tercer “Lancaster” es también alcanzado por la artillería antiaérea y lanzó el artefacto 20 metros antes de punto previsto hundiéndose en el fondo del lago. Captando para si el fuego defensivo, permite al cuarto avión derribado sobre Holanda en el regreso que la dañe ligeramente, para ser la bomba del quinto teniente de vuelo Maltby la que definitivamente impacte en la presa y tras una enorme explosión abra en su muro de contención una gran brecha de casi cien metros por la que rápidamente se precipitan al valle toneladas de agua.
Sin tan siquiera tiempo para observar los destrozos ocasionados, Gibson dirigió los tres “Lancaster” de su grupo que aún le quedaban bombas hacia la presa de Eder. Esta tenía una difícil aproximación al estar situada entre colinas pero presentaba la ventaja de carecer de posiciones antiaéreas que la defendiesen.
En medio de una espesa niebla que apenas dejaba ver el objetivo, el primer aparato después de cinco intentos para ubicarse correctamente, ataca la presa pero aunque la alcanza no le causa daños. El segundo avión arroja la bomba pero falla el blanco y su posterior explosión, lo daña gravemente nave que fue derribada en el regreso sobre Alemania. Es la tercera y última aeronave, al mando del Oficial piloto Knight, quien a las 02.00 horas acierta plenamente en el muro, ocasionando una apertura en éste mucho mayor que la producida en la presa anterior.
Mientras estos acontecimientos tenían lugar, los bombarderos del grupo de reserva fallan en sus misiones ya que uno de ellos tiene que regresar a la base al no encontrar la presa de Listerpor por la niebla. Otro, no le causa ningún daño a la de Ennepeque que fue atacada a las 03.41 horas. Este avión fue el último de todos los participantes en la misión en regresar a su base en Inglaterra a las 06.15 horas del día 17, mientras que la de Sorpe, bombardeada ésta por segunda vez a las 03.14 horas corre la misma suerte. En el viaje de retorno pierden además dos aviones, derribados sobre Alemania y Holanda .En la contienda se salva uno de sus tripulantes al lanzarse en paracaídas.
Consecuencias


Al no existir sistemas de alarmas apropiados, el alud de agua atrapó a los habitantes de la zona en los refugios antiaéreos y en sus casas, muriendo según las últimas cifras estimadas 1650 personas, de las cuales cerca del millar fueron trabajadores forzosos extranjeros y prisioneros de guerra rusos (principalmente mujeres) ubicados en campos cercanos.
La incursión tuvo un coste para el Reino Unido de 53 de sus tripulantes muertos y tres prisioneros los aviadores que se habían lanzado en paracaídas, ocho aparatos derribados (seis en vuelo y dos sobre los objetivos) y dos más que aun habiendo regresado a la base se podían dar por irrecuperables dados los daños sufridos.
Los alemanes lograron en fecha tan temprana como fue el 27 de junio, restaurar la mayor parte de la energía eléctrica mediante un sistema de bombeo de agua de emergencia y nueve meses después del ataque, habían reconstruido totalmente las brechas ocasionadas en los muros de contención de las presas trasladaron para ello a importantes contingentes de trabajadores que construían el Muro del Atlántico en las costas francesas. Sin duda, estas circunstancias y el no haberse conseguido la destrucción de todas las presas del valle del Rhur evitaron el colapso total de la principal industria pesada alemana así como una catástrofe aun mayor para su población.
Epílogo
El 22 de junio de 1943, fueron premiados por esta acción con diferentes condecoraciones, treinta y tres aviadores. La Cruz de la Victoria, máxima distinción militar británica otorgada al valor en combate fue concedida a Gibson, quien tras efectuar otras acciones de guerra, moriría al ser alcanzado su avión “Mosquito” en los Países Bajos, el 19 de septiembre de 1944 mientras efectuaba un vuelo de reconocimiento.
El 617 º Escuadrón se convirtió a raíz de esta misión en una unidad de élite de la RAF. Desde entonces hasta nuestros días, luce en su escudo la frase atribuida al rey francés Luis XV (1710-1774) pronunciada antes de morir, otras fuentes la ponen en boca de su amante preferida, Madame de Pompadour:- Aprês de moi, le déluge"
- Después de mí, el diluvio"
Véase También
Fuentes
- Bouncing Bombs (Highballs and Upkeeps)
- THE DAMBUSTERS
- 617 Squadron and the Dams Raid - An archival perspective
- De Vernieling van de Dammen
- AGILE ADAPTABLE CAPABLE
- Welcome to the Dambusters Website
- Cruz Victoria
- Dambusters
- Mis Viajes por la Historia
- OPERATION 'CHASTISE' The Dambusters
- Bombas de rebote (Bouncing Bombs)
- Operation 'Chastise'
- Escuadrón 69
Bibliografía
- Espías, agentes y soldados .Comandos secretos de la Segunda Guerra Mundial. Editorial Bruguera, Barcelona. 1972
- Enciclopedia Ilustrada de la Aviación. Editorial Delta, Barcelona. 1982
- Churchill, Winston S .La Segunda Guerra Mundial. Ediciones Orbis, Barcelona. 1985
- Gibson, Guy. Costa enemiga. Editorial Javier Vergara Editor, Buenos Aires.1981
- Gran Crónica de la Segunda Guerra Mundial. Selecciones del Readers Digest (Iberia),Madrid.1965
- Revista Historia y Vida. Número 462.Año 2006