Arthur Rubinstein
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Arthur Rubinstein. Destacado pianista polaco. Su característica interpretativa lo ubica entre los pianistas románticos a la vez que exóticos, especializado en la interpretación de la obra de Chopin, algunas de las cuales son considerados paradigmas de la interpretación de la música del compositor polaco.
Síntesis biográfica
Nació el 28 de enero de 1887 en Łódź, Polonia, Hijo de un matrimonio de industriales y el último de siete hermanos, mostró de niño un precoz talento musical. Comenzó sus estudios de piano a la edad de 3 años y al cumplir los 5 años tuvo su primer concierto público. A la edad de 10 años fue escuchado por el conocido violinista Joseph Joachim el cual quedó notablemente admirado por las condiciones del novel pianista.
En 1900 se presentó ante el público berlinés bajo la dirección de Joseph Joachim y acompañado por la Orquesta Filarmónica de la ciudad interpretando el Concierto para piano no. 23 de Mozart, el Concierto para piano no. 2 de Camille Saint-Saëns, piezas de Schumann y de Chopin Le siguieron otros conciertos en Alemania y en Polonia. Entre las más destacadas latitudes en las que ha realizado conciertos se encuentran Europa, los Estados Unidos de América, Sur América. Hacia 1930 se convierte en una figura conocida y reconocida mundialmente. Los ecos de sus conciertos llegan a los lugares más remotos del mundo.
Su temperamento romántico le permitió interpretar de forma magistral a Brahms, Schumann y Beethoven, pero fue en Chopin donde alcanzó una rica y detallada expresión, un rigor insuperable y la más cálida de las lecturas pianísticas. En su repertorio no faltaban los compositores modernos como Ravel, Stravinski, Villa-Lobos y Poulenc. En 1916 el propio rey Alfonso XIII le había proporcionado un pasaporte español para que pudiera viajar libremente en sus recitales en plena I Guerra Mundial, y en 1946, terminada la segunda gran contienda, tomó la ciudadanía estadounidense.
En 1932 se casó con Aniela Mlynarski, hija del famoso director polaco. En 1976 una progresiva ceguera le apartó definitivamente del teclado, pero su portentosa vitalidad y su lúcido sentido crítico le tuvieron hasta su muerte interesado por los problemas culturales, y particularmente por la música, que tuvo en él a uno de los pianistas más destacados del siglo.
Estudios
A los ocho años ingresó en el Conservatorio de Varsovia, donde estudió con el profesor Roziycki. El famosísimo violinista Joseph Joachim, cautivado por el talento del muchacho, le hizo ir a Berlín a continuar sus estudios con Heinrich Barth, y más tarde con R. Breithaupt, M. Bruch, R. Hahn y Paderewski. A la edad aproximada de 15 años estudia con el maestro Ignaz Pederewski y un año mas tarde se marcha a estudiar a París con Paul Dukas y Maurice Ravel.
Su Obra

Siguieron conciertos en Austria, Italia y Rusia. En 1912 debutó en Londres, donde se le pudo oír como solista y compañero del violonchelista Pau Casals. Durante la Primera Guerra Mundial vivió principalmente en la capital británica. Ejerció de traductor, pues dominaba ocho idiomas, y tocó junto al violinista Eugène Ysaye.
Conciertos en Sudamérica y España (1916/1917) despertaron su interés por Isaac Albéniz, Manuel de Falla, Enrique Granados y Villa-Lobos, cuyas piezas pasarían a partir de entonces a formar parte de su repertorio. Debido a un juramento realizado al estallar la guerra, no volvió a actuar en Alemania a partir del 1914. En los años veinte, después de una segunda gira por los Estados Unidos, tocaría principalmente en Europa.
Durante toda esta época reconoce que se salió un poco del camino y se dedicó a la tarea principal de un niño prodigio, “librarse de la inmadurez”. Según sus confesiones, se entregó a los placeres carnales; falto de ganas y de disciplina, se dedicaba al piano y en los conciertos confiaba ciegamente en su talento y su musicalidad. Motivo por el cual nunca alcanzó la perfección técnica de sus concurrentes.

En las décadas siguientes dio conciertos por todo el mundo, realizó multitud de grabaciones y trabajó con músicos de renombre como Jascha Heifetz, Emanuel Feuermann, Henryk Szeryng y Gregor Piatigorsky. En 1958 volvió a tocar, después de más de veinte años de ausencia, en Polonia, donde el público le honró con lágrimas y una ovación en pie, la segunda en la historia de este país, después de la que recibiera Paderewski.
Siguió tocando hasta una edad muy avanzada, siendo capaz de interpretar en una misma noche los dos conciertos de Brahms. Debido a una ceguera progresiva que le obligó a retirarse en 1976, su última actuación tuvo lugar en el Wigmore Hall de Londres.
Recibió la Orden Nacional de la Legión de Honor, la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio en 1963 y la Medalla de la Libertad en 1976.