Elpidio Aguilar Bravo
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Elpidio Aguilar Bravo. Gran luchador y revolucionario.
Datos biográficos
Nació el 13 de enero del 1925, en Punta Brava. Hijo de Silvestre Aguilar Rosado y Justa Bravo Rodríguez; fue el mayor de cinco hermanos. Comenzó los estudios primarios en una escuelita de su poblado natal donde vivió hasta su muerte, pero no pudo terminar los estudios primarios al quedar huérfano de padre, por lo que tuvo que incorporarse a trabajar desde muy temprano para ayudar a su madre y hermanos menores. Nunca logró un empleo fijo, y siempre realizó los trabajos más duros y difíciles, como el corte de caña y otros trabajos agrícolas; en el que más tiempo estuvo fue en el Puerto de La Habana, donde sustituía a los braceros que tenían plaza fija si faltaban al trabajo. Pero él no era el único, por lo que trabajaba cuando se le presentaba la oportunidad. Esta actividad laboral era conocida comocaballo.
Estando en el puerto conoció de cerca la situación en que vivía Cuba, principalmente la de los obreros portuarios, dando inicio a sus inquietudes políticas. Se hizo militante del Partido Auténtico y posteriormente del Partido Ortodoxo. Las privaciones y el fuerte trabajo en el muelle, así como la precaria alimentación, hicieron que enfermara de tuberculosis, padecimiento que lo limitó en el desarrollo a plenitud de la lucha revolucionaria por presentar recaídas frecuentes, las que muchas veces llegaban hasta la hemoptisis. Por esto Elpidio estuvo internado en dos ocasiones en el Sanatorio Antituberculoso La Esperanza.
Trayectoria revolucionaria
Cuando Fidel visitó Bauta en Junio del 1952, Elpidio fue uno de los bautenses que dio el paso al frente en apoyo a la línea insurreccional que aquel preconizaba. Estuvo entre los primeros en incorporarse a las Células revolucionarias del Municipio, las que algún tiempo después se denominaron del Movimiento Revolucionario 26 de Julio, del cual fue fundador. En estas participó activamente, junto a Jesús Soto, Pedro Gutiérrez Hernández, Pedro Julio Esperón Álvarez, Gerardo Socarrás, Arsenio Sánchez y otros, en sabotajes, quema de caña, atentados, lanzamiento de cadenas a las líneas eléctricas. Aunque nunca trabajó en la Textilera Ariguanabo, participó y apoyó todos los movimientos huelguísticos que se desarrollaron en esa Empresa, donde uno de los principales dirigentes sindicales era Jesús Soto, con quien ya tenía gran amistad. Cuando Soto se vio forzado a trasladarse para La Habana en condiciones de clandestinidad, Elpidio fue quien le sirvió de enlace, acompañándolo en varias ocasiones a distintas actividades revolucionarias. Conjuntamente con otro bautense, Gerardo Socarrás, Elpidio visitó en reiteradas ocasiones a la madre de Soto en Marianao, a la que le trasmitía los mensajes de éste. Estuvo en el grupo de revolucionarios que iba a realizar el atentado al teniente Jacinto García Menocal, entre los que estaban Pedro Julio Esperón Álvarez, Arsenio Sánchez y otros.
Fue reclutado para la acción del 13 de marzo al Palacio Presidencial junto con Jesús y Juan A. Soto, Pedro Julio Esperón Álvarez, Arsenio Sánchez, Jorge Escobio, Eugenio Camacho, Higinio Velásquez y otros. Menos Pedro Julio Esperón Álvarez que participó directamente en la acción, el resto del grupo, destinado a apoyar a los asaltantes, quedó en espera de las armas ofrecidas por Prio Socarrás en el Hotel Bruzón de la Capital. Formó el grupo que realizaría el atentado a Batista, quien asistiría a un acto político en el Parque Municipal de Bauta. Este grupo estaba constituido por Jesús y Juan A. Soto, Ángel Molina Narciso Raveloy el propio Elpidio. Esta acción no llegó a ejecutarsepor no asistir Batista al acto, lo que fue anunciado por altoparlantes el día antes del mismo.
Testimonio de Jesús Soto
Muerte
En la noche del 19 de marzo del 1958 Arístides Viera González conducía un automóvil; a su lado iba Elpidio Aguilar, y en el asiento trasero Pedro Gutiérrez Hernández y Rogelio Perea (Rogito). Los cuatro con la misma intención de atacar a alguna perseguidora o ejecutar a algún esbirro para demostrar la indignación producida por el asesinato de Sergio González López (El Curita). Al llegar a Quinta Avenida y 42, se encontraron con una perseguidora a la que de inmediato atacaron disparándole con sus pistolas; se inició la persecución, que muy pronto se realizó con varios autos policíacos. Al llegar a la rotonda del Coney Island chocaron contra un contén, viéndose forzados a abandonar el auto. Rogito y Pedro disparando sus armas, corrieron en una dirección, mientras Elpidio y Arístides lo hicieron hacia otra, logrando llegar hasta un almacén donde buscaron inútilmente refugiarse pues fueron detectados, por lo que tuvieron que seguir su defensa agotando las municiones llegada la madrugada del 20 de Marzo, cuando fueron acribillados a balazos.
Fuentes
- Archivos de la ACRC del Municipio de La Lisa.
- Periódico Granma. 8 de noviembre del 1978.
- Entrevistas realizadas a algunos compañeros de lucha de Elpidio.
- Catauro Bautense