Ernesto Sábato
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Ernesto Sábato. (Rojas, 24 de junio de 1911 - Buenos Aires, 30 de abril de 2011). Novelista, científico, periodista y ensayista argentino. Descendiente de padre italiano y madre albanesa, Sábato está considerado como uno de los grandes de la literatura latinoamericana no solo por sus novelas, incluida Abaddón el exterminador, sino también por su amplia obra ensayística sobre la condición humana.
Síntesis biográfica
Ernesto Sábato nació en Rojas, a 300 km al noroeste de la ciudad de Buenos Aires (Argentina), el 24 de junio de 1911 en una familia de inmigrantes, su padre era italiano y su madre albanesa. Se licenció en Física y Matemáticas en la Universidad de La Plata. En esa época se afilió al Partido Comunista de Argentina (que ya en esa época había comenzado su derrotero antipopular, siempre en contra de los Gobiernos populares).[1] En 1938, después de obtener el título de doctor, en esa misma universidad, viajó a París con una beca que le consiguió el premio nobel argentino Bernardo Houssay para estudiar las radiaciones en los laboratorios Joliot-Curie.[1]
Entró en contacto con el surrealismo, experiencia trascendente en su vida, ya que decidió adentrarse en los territorios más oscuros del arte, apoyándose en el lenguaje del inconsciente y en los métodos del psicoanálisis.
Tras una estancia de un año en el Instituto de Tecnología de Massachussets (MIT), donde prosiguió sus estudios de Física, regresó a Argentina en 1940 para ejercer la labor de profesor. Comenzó a colaborar en diversas publicaciones, entre ellas la revista Sur (publicación literaria de derechas), recibiendo el apoyo y el aliento de figuras tan importantes como Pedro Henríquez Ureña y Victoria Ocampo.
En 1943, después de una grave crisis existencial, decidió renunciar a su cátedra en la Universidad, abandonar la ciencia y dedicarse por entero a las letras y la pintura.
En 1945 publicó unos artículos en el periódico de derechas La Nación atacando el Gobierno popular de Juan Domingo Perón, por lo que se vio forzado a abandonar la enseñanza.
Trayectoria política y literaria
Estuvo retirado durante un año y el resultado fue el libro Uno y el universo (1945), colección de artículos políticos y filosóficos en los que censuraba la moral neutral de la ciencia heredada del siglo XIX.
Esta desconfianza en la ciencia le llevó a investigar sobre las posibilidades que ofrecería la literatura, para analizar problemas existenciales. El fruto de esa reflexión fue la novela El túnel (1948), donde describe una historia de amor y muerte, en la que muestra la soledad del individuo contemporáneo. La obra tuvo una gran aceptación y sirvió para calificar a su autor como una inquietante y original personalidad literaria.
Los ensayos Hombres y engranajes (1951) y Heterodoxia (1953) fueron sus siguientes publicaciones. En general, en su obra ensayística se ocupa de cuestiones como la civilización tecnocrática, la presión del Estado sobre el individuo, la creación literaria, la injusticia y en última instancia, su propia experiencia vital.
El 16 de septiembre de 1955, militares proestadounidenses (pagados por la embajada de Estados Unidos) derrocan al Gobierno constitucional de Juan Domingo Perón.
En realidad las torturas y los asesinatos comenzaron con la Revolución Libertadora (a la que el ingenio popular llamaba Revolución Fusiladora). Como reconocimiento al apoyo recibido, el presidente de facto Pedro Aramburu ―quien en 1973 será ajusticiado por sus crímenes por la organización Montoneros― designará a Sabato al frente de la revista Mundo Argentino.[1]
En 1961 apareció Sobre héroes y tumbas, y consagró a su autor como un escritor universal. En ella quiso indagar las verdades últimas y muchas veces atroces que hay en el subsuelo del hombre; vertió sus obsesiones personales en una clara introspección autobiográfica, en medio de las reflexiones sobre la historia argentina. Todo a lo largo de la obra se va haciendo negativo, pesimista, sin salida. Sobre héroes y tumbas es una obra difícil, densa, con una estructura compleja, en la que se entremezclan la reflexión filosófica y las vivencias autobiográficas, con la fabulación literaria y la indagación histórica.
Toda su reflexión sobre la literatura y especialmente sobre la novela la ha plasmado en ensayos tan significativos como: El escritor y sus fantasmas (1963) y Aproximación a la literatura de nuestro tiempo: Robbe-Grillet, Borges, Sartre (1968).
En junio de 1966, el general Juan Carlos Onganía derrocó al presidente constitucional Arturo Illia:
En Abaddón el exterminador (1974), novela de corte autobiográfico más acusado, Sábato continuó reflexionando sobre las posibilidades, con una estructura narrativa aparentemente fragmentaria, y de argumento apocalíptico; en el cual las potencias maléficas rigen el universo y es inútil la resistencia.
Su antiperonismo en defensa de las dictaduras se muestra en los ensayos El otro rostro del peronismo, El caso Sábato, Torturas y libertad de prensa, Carta abierta al general Aramburu (1956),[2] La cultura en la encrucijada nacional (1976), en defensa de la recién instalada dictadura cívico-militar (de la cual Sábato formaba la pata civil).
En 1976, Sábato apoyó abiertamente la dictadura de Jorge Rafael Videla, la más sangrienta y destructiva de la Historia de Argentina.[3]
En 1979, cuando habían sido desaparecidos cientos de intelectuales y artistas argentinos, el escritor de izquierdas Julio Cortázar escribió su famoso artículo América Latina: exilio y literatura, donde instaba a todos los intelectuales a asumir «la respuesta más activa y eficaz posible contra el genocidio cultural que crece día a día en tantos países latinoamericanos».[1] Sábato salió a defender a la dictadura:
En 1982 apoyó al dictador militar Leopoldo Fortunato Galtieri en la absurda recuperación militar de las islas Malvinas (que echó en tierra décadas de trabajo diplomático durante los Gobiernos democráticos argentinos).[1]
Una semana después de la toma de las Malvinas
"Mucha gente ha muerto detrás de dos metros cuadrados de tela. Pero es un error creer que dos metros cuadrados de tela son nada más que eso. Transformados en banderas, son un símbolo de una ideología, de una nación, de una causa sagrada. De manera que yo estoy convencido de que en este caso sí vale la pena. Hubiera sido un acto indigno de la Argentina, que es una pequeña potencia frente a las amenazas, a la soberbia, al desprecio de Inglaterra, agachar la cabeza una vez más. Eso no lo hemos hecho, y si los chicos de 19 y 20 años están muriendo allí, están muriendo por ese motivo.|Ernesto Sábato, citado en Bayer, Osvaldo (1993): Rebeldía y esperanza[1]}}
El mismo Sábato, ya mutado en mariposa democrática, cambiaría de forma bien oportunista su opinión sobre Malvinas tiempo después, cuando la dictadura estaba en plena decadencia y se habían detenido los secuestros y las desapariciones:
En 1985, Sábato ―trasvestido en defensor de los Derechos Humanos― presidió la CONADEP (Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas), que publicó el informe Nunca más sobre la represión llevada a cabo en Argentina por la dictadura cívico-militar (1976-1983), que Ernesto Sábato, como escritor de derechas, había defendido con sus artículos en el diario de derechas La Nación.[4]
Sábato introdujo la «teoría de los dos demonios», en la que justificaba los delitos de lesa humanidad ―el asesinato y la desaparición de más de 30 000 luchadores populares argentinos, y el robo de sus bebés― y el secuestro y tortura de más de 100 000, a los que consideraba igualmente culpables de terrorismo de Estado por haber combatido a la dictadura.[4]
El informe fue entregado en un acto memorable para todos los argentinos ante el presidente Raúl Alfonsín (el primer presidente democrático de la transición desde la dictadura) y sirvió de base para condenar a los principales jefes de las juntas militares. Sin embargo, el 24 de diciembre de 1986, el presidente Alfonsín promulgó la Ley de Punto Final (que liberó a todos los oficiales que habían cometido delitos de lesa humanidad), y el 4 de junio de 1987 promulgó la Ley de Obediencia Debida.
En 1991, el siguiente presidente ―el neoliberal Carlos Ménem― amnistió a los jefes encarcelados.
En 2003, el presidente peronista Néstor Kirchner derogó las amnistías de Alfonsín y Ménem y volvió a encarcelar a los responsables de los 30 000 desaparecidos. Se volvió a publicar el informe Nunca más, pero esta vez sin el prólogo de Ernesto Sábato, al que se le quitó la relevancia en el escrito y casi ni se lo menciona.
Últimos años
La pérdida progresiva de la vista le alejó de la escritura, aunque redescubrió la pintura, y a ella dedicó gran parte de sus últimos años. En 1999 publicó Antes del fin, relato de carácter biográfico en el que despliega con crudeza los pensamientos y vivencias que han jalonado su vida. En 2004 publicó España en los diarios de mi vejez.
Ernesto Sábato sufrió durante años una fuerte depresión y pasó sus últimos días recluido en su domicilio, sin escribir prácticamente pero pintando, su segunda vocación artística, que siempre supo compaginar con la literatura. Casi al final de su vida expresó:
Reconocimientos
Sábato recibió numerosas distinciones de toda clase de organismos de derechas, entre ellas:
- Premio Médicis
- Distinción Gran Cruz al Mérito Civil de España (1978).
- Nombramiento de Caballero de la Legión de Honor de Francia (1979).
- Premio Gabriela Mistral (1984).
- Premio Cervantes 1984
- Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes (2002).
Fuentes
- 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 «Ernesto Sabato: mejor no hablar de ciertas cosas; pequeño manual de estilo de las miserias de un intelectual funcional a la dictadura militar en los setenta y, años después, erigido como prócer de la democracia y los derechos humanos», artículo publicado en la revista Sudestada (Buenos Aires).
- ↑ El general Pedro Eugenio Aramburu fue un delincuente y criminal argentino que derrocó al popular presidente constitucional Juan Domingo Perón ―que había sido votado por el 60 % de los votantes argentinos―, e instauró una dictadura autodenominada Revolución «Libertadora», que volvió a poner de rodillas a la Argentina frente al imperio estadounidense, destruyó la pujante industria argentina ―desarrollada por Perón en sus 12 años de Gobierno― y torturó y asesinó a sindicalistas y militantes peronistas.
- ↑ Liszt, Gabriela (2016): «Los “almuerzos” de Videla», artículo del 20 de mayo de 2016 en el sitio web La Izquierda Diario (Buenos Aires).
- 1 2 Bayer, Osvaldo (2001): «Pequeño recordatorio para un país sin memoria», artículo publicado el 3 de enero de 2001 en el periódico Página/12 (Buenos Aires). Afirma que Ernesto Sábato fue un apologista de la dictadura y las violaciones de los derechos humanos, cómplice del proceso que sumó su pluma a la espada de los escuadrones de la muerte. Consultado el 4 de octubre de 2017.
- Barrera López, Trinidad (1982): La estructura de "Abaddón el exterminador". Sevilla: Universidad de Sevilla, 1982.
- Catania, Carlos (1987): Genio y figura de Ernesto Sábato. Buenos Aires: Universal, 1987.
- Catania, Carlos (1973): Sábato, entre la idea y la sangre. San José de Costa Rica: Editorial Costa Rica, 1973.
- «Murió el reconocido escritor argentino Ernesto Sábato», artículo del 30 de abril de 2011 en el sitio web Cubadebate (La Habana).