Roberto el Diablo
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Argumento
El demonio sedujo a la duquesa de Normandía. Hijo de ambos es el protagonista, Roberto, cuyas liviandades le han valido el sobrenombre de "el Diablo". Hay un torneo en el que se disputa la mano de la princesa de Sicilia, Isabel. Roberto aspira a conquistarla; mas su misterioso amigo Bertrán lo induce a jugar, y, jugando, pierde Roberto el dinero, el caballo, la lanza y la armadura, con lo que no puede participar en el torneo. Para remediarlo, Bertrán hace que Roberto se apodere de una misteriosa rama de un árbol sabrado, cuya poseción le proporciona poder sobrenatural. Roberto va entonces al palacio, y adormece a todas las damas y caballeros presentes, y así logra entrar hasta donde se halla la princesa, para raptarla. se le pierde la rama, desaparece el encanto, y Roberto huye. Bertrán trata de convencer a Roberto para que firme un documento por el que vende su alma para después de su muerte. Alicia, hermana de leche de Roberto, desenmascara a Bertrán - que es el demonio, y, por consiguiente, el padre de Roberto-. Suenan las doce, final del plazo que los espíritus infernales dieron a Bertrán, y éste huye. Roberto entra en la iglesia para casarse con la princesa Isabel, que lo espera.
Influencia de Roberto el diablo


La brillante transcripción de sus temas realizada por el compositor y virtuoso Franz Liszt fue tan popular que se convirtió en su tarjeta de presentación: en más de una ocasión se vio obligado a interrumpir los conciertos programados para interpretarla debido a las exigencias de la audiencia. Federico Chopin, que acudieron al estreno, y Auguste Franchomme conjuntamento compusieron el Gran dúo concertante sobre temas de la ópera, para violonchelo y piano, en 1832. El pianista y compositor italiano Adolfo Fumagalli compuso una elaborada fantasía sobre la ópera para la mano izquierda sola como su Op. 106. La popularidad de la obra abarcó muchas parodias y pastiches incluyendo una de Sir William Schwenck Gilbert, Roberto el Diablo, que inauguró el Gaiety Theatre de Londres en 1868. Dado el año del estreno de la ópera, no mucho tiempo después de la Revolución de julio, fue amplia y apasionadamente interpretado por críticos y literatos, como Honoré de Balzac y Heinrich Heine, como un comentario sobre la historia revolucionaria de Francia y en su presente y guturo político y social.
Legado
La ópera y Meyerbeer aparecen mencionados en el musical El fantasma de la ópera: "Lote 664, una pistola de madera y tres cráneos humanos, de la producción de 1831 de esta casa de Robert le diable por Meyerbeer".
Fuentes
- Giordano, Alberto. Los Genios de la Música. Editorial Sophos, Buenos Aires. 1944
- Ríos Sarmiento, Juan. El libro de la Ópera. Editorial Juventud S.A. Barcelona, 1957
Galería
- Acto III, escena 2 (Ciceri, 1831)