Las medias de los flamencos
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Las medias de los flamencos es un cuento infantil del escritor uruguayo Horacio Quiroga, publicado por primera vez en Cuentos de la selva, en 1918.
Síntesis
A una fiesta organizada por las víboras fueron invitados los sapos, los yacarés, los peces y los flamencos. Todos iban vestidos muy elegantes menos los flamencos que iban con su blanca y desnuda piel que hacía que todos se burlaran. Las víboras de coral lucían sus hermosas pieles. Los flamencos al ver sus hermosos colores decidieron ir a comprar medias de esos tonos pero en todas las tiendas les decían que no existían ese tipo de colores de medias y que eran ridículos. Un tatú al escuchar sus problemas decidió hacerles una pequeña broma les dijo la lechuza podía conseguirles todas las medias que quisieran y los flamencos muy agradecidos fueron a buscarla. Ella les dio unas hermosas medias y les advirtió que no podían dejar de moverse en la fiesta si no querian acabar de mala forma, los flamencos un poco confundidos le hicieron caso pero no entendían porque. Al llegar a la fiesta todos estaban asombrados al ver las hermosas medias de los flamencos pero las víboras de coral desconfiaban, así que decidieron ir a ver de que estaban hechas esas hermosas medias que llevaban puestas los flamencos, pero como no paraban de moverse no pudieron ver de que era el material hasta que de tanto bailar, uno de los flamencos cayó en el piso y las víboras corrieron a ver, se encontraron que las medias no estaban hechas de tela o lana sino de cueros de víboras de coral. Muy furiosas fueron a atacar a los flamencos estando seguros que no iban a sobrevivir. Los flamencos corrieron al agua por el dolor que sentían en sus piernas, y todavía están esperando que el dolor se vaya. Sus patas quedaron de color rosado por el veneno de las víboras de coral.
Datos de autor
En el año 1878 Horacio Quiroga nace en la ciudad uruguaya de Salto. Aunque es de clase alta, Horacio se enfrenta desde muy joven a un mundo conformista, provincial y aristócrata del cual forma parte. Es un niño rebelde y le gusta todo tipo de actividades como el ciclismo, las [[artesanías y la [[química, todas ellas nada convencionales en aquella época. Horacio Quiroga, cuentista, dramaturgo y poeta uruguayo, maestro del cuento latinoamericano, de prosa vívida, naturalista y modernista. Entre sus algunas de sus obras aparecen, Los arrecifes de coral , 1901, El crimen del otro , 1904, Los perseguidos cuentos, 1905 y Historia de un amor turbio , 1908. El año 1903 es crucial en la vida de Quiroga porque supone la iniciación del autor a la selva. Horacio ejerce de fotógrafo en una visita a las ruinas jesuíticas de San Ignacio situadas en la selva subtropical de Misiones provincia situada a unos 1100 km al norte de Buenos Aires. Inicialmente Quiroga parece estar nada preparado, lleva ropa inadecuada, padece asma y no deja de quejarse de las molestias que allí encuentra Corre el año 1936 cuando Horacio viaja a Buenos Aires para consultar a los médicos. Allí ingresa en una clínica y cuando se entera de que el cáncer gástrico que tiene es incurable decide quitarse la vida tomando una sobredosis de cianuro. El 18 de febrero de 1937 Quiroga es encontrado muerto en su habitación. Sus restos son incinerados y trasladados al panteón familiar en el cementerio de Salto.