William Osler
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William Osler Fue un médico canadiense muy admirado en su época por sus contribuciones a la enseñanza de la medicina.
Síntesis biográfica
William Osler nace en Band Head, Canadá oeste (ahora Ontario) en 1849 y fallece en Oxford en 1919.
Era el octavo hijo de la familia compuesta por Featherstone Lake Osler (1805-1895) y Ellen Pickton Osler (1806-1906). Sus padres, galeses de origen celta, viajaron desde Gran Bretaña a Canadá como misioneros anglicanos. El nombre de William le fue impuesto en honor al rey William III de Inglaterra.
Esposa e hijos
Se casó el 15 de mayo de 1892]] con la viuda de un cirujano de Philadelphia, el Dr. Samuel W. Gross, la Sra. Grace Revere Gross, de 37 años y nieta del famoso patriota Paul Revere que se destacó durante la Guerra de la Independencia de Estados Unidos de Norteamérica. El primer hijo murió a los pocos días de haber nacido. Posteriormente, tuvieron otro hijo, Edward Revere Osler, quien nació el 28 de diciembre de 1895 en Baltimore. Dos meses antes de su matrimonio, el 24 de febrero de 1892, y casi dos años después de haber empezado a trabajar en septiembre de 1890, le entregó a su novia uno de sus legados más importantes "Los principios y práctica de la medicina" y con la entrega de éste, le propuso matrimonio.
Estudios y trabajo
En 1866, a los 17 años, ingresó en el Trinity College de Weston. Aunque inicialmente orientado por su padre a seguir una carrera clerical, se decidió por la Medicina e ingresó en 1870, a los 21 años, la Escuela de Medicina de Toronto. Dos años después, en 1872, recibió su título de médico en la Universidad de McGill en Montreal. Amplió sus conocimientos en la Universidad de Londres, donde estudió fisiología entre 1872 y 1873, y los completó en Berlín y Viena, ciudades en las que llevó a cabo su formación clínica en hospitales, entre 1873 y 1874. En 1874 regresó a Canadá en calidad de profesor de la Universidad de McGill, y en 1878 aceptó el puesto de doctor en el Hospital General de Montreal.
En 1881, en un congreso internacional en Londres, conoció a John Shaw Billings (1838-1913), el organizador de todas las bibliotecas médicas de Estados Unidos de Norteamérica y fundador en 1865 de la Biblioteca Nacional de Medicina, en Bethesda. Con él estableció contacto para proveer de material la Biblioteca del Cirujano General, y luego mantuvo su amistad y el trabajo en conjunto cuando comenzó a trabajar en la Universidad Johns Hopkins. En este Hospital realizó una tarea memorable para desarrollar la enseñanza científica de la medicina interna en las salas de internación. En 1884 ocupó el cargo de catedrático de medicina clínica en la Universidad de Pennsylvania, y asumió un puesto similar en la Universidad John Hopkins en 1889.
En 1893, a los 44 años de edad, inauguró la Escuela de Medicina del Johns Hopkins, contribuyendo a su liderazgo, junto a personalidades médicas como William Henry Welch (1856-1934), patólogo, William Stewart Halsted (1852-1922), cirujano, y Howard Atwood Kelly (1857-1943), ginecológo. Juntos constituyeron "los cuatro grandes del Hospital Johns Hopkins".
Consideró como sus mentores a William A. Jonson, párroco de Weston Ontario, James Bovell de la Escuela de Medicina de Toronto y Robert Palmer Howard, decano y profesor de medicina de la Universidad de McGill, Montreal. Uno de los libros que recomendaba el reverendo Jonson era "Religio Medici", escrito en 1642 por el famoso médico Sir Thomas Brown (1605-1682); fue el primer libro que compró Osler, y según él "este libro era su amigo", lo tenía siempre sobre su mesa de luz, y lo citaba frecuentemente.
Basándose en su experiencia en los diferentes centros hospitalarios y en las universidades en las que ejerció la docencia, contribuyó a diseñar el currículo que integraba la formación hospitalaria con los estudios de medicina: la estructura actual de la formación médica se basa en las innovaciones que introdujo en la Universidad de John Hopkins. Defendió la práctica de la autopsia, pues consideró que el examen post-mortem es importante para reconocer los aciertos o las equivocaciones en el diagnóstico. Se dice que personalmente practicó cerca de mil autopsias.
Resultados de su carrera profesional
En 1904 se trasladó a Inglaterra, concretamente a la Universidad de Oxford, donde fue nombrado Regius Professor de medicina (catedrático designado directamente por el rey o la reina), que ocupó con brillantez durante 14 años. Estando allí vivió la tragedia de la muerte de su hijo, de 21 años, que supo sobrellevar con dignidad y resignación. Este hijo era teniente del cuerpo expedicionario británico durante la primera Guerra Mundial, y en la batalla de Ypres, Bélgica, falleció tras sufrir heridas graves en el tórax y abdomen por esquirlas de granada. Fue nombrado Sir en 1911 por sus grandes contribuciones en el campo de la medicina. Fue editor y fundador del Quarterly Journal of Medicine en 1908.
Sus intereses y aportes
Sus contribuciones a la medicina incluyen sus investigaciones sobre la fiebre tifoidea, la malaria, la neumonía, la amebiasis, la tuberculosis, las enfermedades cardiovasculares y la litiasis renal, cuyo cuadro clínico describió magistralmente, y padeció en dos ocasiones.
Pensamientos
La Facultad de Medicina de McGill, su alma mater, fue fundada en 1821 primordialmente por escoceses, marcados con el sello indeleble de los grandes médicos fisiólogos, anatomistas y cirujanos, John (1728-1793) y William Hunter (1718-1783). Osler conoció ampliamente la medicina inglesa que se practicaba y enseñaba en los hospitales Guy's, St. Bartholomew, St. Thomas y en el Hospital General de Londres, que había visitado en 1874. Tampoco desconoció las virtudes de la medicina alemana y francesa, pues estuvo familiarizado con las obras de Rokitansky y las del famoso René Laënnec. Ante la Academia de Medicina de Nueva York alguna vez dijo: "En el método de enseñanza que puede llamarse natural, el estudiante comienza con el enfermo, continúa con el enfermo y termina sus estudios con el enfermo, utilizando conferencias como herramientas y como medios que conducen a su fin. Enséñeles el modo de observar, suminístreles suficientes hechos qué observar, y así las lecciones saldrán de los hechos mismos".
También afirmaba que "la medicina es una ciencia de probabilidades y un arte de manejar la incertidumbre". Es muy seguro que si Osler estuviese vivo hoy, principios del siglo XXI, estaría de acuerdo con D.L. Sackett, uno de los pontífices de la medicina basada en la evidencia, quien en 1996 notaba que esta nueva estrategia es la integración del saber y la experiencia médica, con lo mejor de la evidencia disponible en la literatura científica, y que tal evidencia jamás reemplazará a la habilidad y la experiencia clínica.
Libros
Osler fue un prolífico escritor: publicó más de 1.500 trabajos, entre artículos en revistas médicas, libros y monografías. Su contribución a la literatura médica fue verdaderamente extraordinaria. El libro "The Principles and Practice of Medicine", aparecido en 1892, tuvo éxito entre los médicos de habla inglesa, y la primera edición se agotó rápidamente (26.000 ejemplares). Osler revisó y escribió sólo las primeras siete ediciones, y la séptima se publicó en 1909. Su libro se tradujo al francés, al ruso, al alemán, al chino y al español.
Otra obra impactante de su autoría es "Ae-quanlmltas", cuya primera edición fue lanzada en 1904. Al salir William Osler de la Universidad de Pennsylvania (Filadelfia) para Baltimore en 1889, dejó este mensaje a los estudiantes que se graduaban en ese momento "Aequanimitas es la calma, la serenidad, la ecuanimidad, y la transparencia que debe tener el médico ante cualquiera adversidad relacionada con el acto médico. Esto es realmente lo que necesitamos en nuestros países para poder reorganizar la estructura médica, en decadencia desde hace más de 100 años". En este texto, Osler recomienda a los estudiantes de medicina una lista de diez libros que deberían leer. El primero de ellos, la Biblia.
Escribió algunos ensayos sobre historia de la medicina, como "La evolución de la medicina moderna"; "Los primeros libros médicos impresos'"; "La medicina en la magna Inglaterra"; "El joven Laënnec"; "La evolución de la medicina interna"; "El crecimiento de la verdad"; "Las viejas humanidades"; "La nueva ciencia", y "Michael Servetus".
Distintas enfermedades y síntomas con su nombre
- Signo de Osler: es una falsa lectura de hipertensión arterial debida a arterioesclerosis.
- Nódulos de Osler: subcutáneos, dolorosos secundarios a endocarditis.
- Enfermedad de Rendu-Osler-Weber: (también conocida como telangiectasia hemorrágica hereditaria), es un síndrome con múltiples malformaciones vasculares en la piel, en la mucosa nasal y oral, y también con formación de fistulas pulmonares.
- Filaria de Osler: un parásito nematodo
- síndrome de Osler: dolores cólicos recurrentes con típica irradiación a espalda. Debido litiasis de la ampolla de Vater
- Oslerus osleri (Filaroides osleri): Nemátodo que parasita la carina traqueal de los cánidos, produciendo bronquitis verminosa.
- Enfermedad de Vaquez-Osler o Policitemia Vera: Enfermedad mieloproliferativa maligna, crónica y Epo dependiente
Biografía de su mayor discípulo
Uno de sus discípulos más importantes fue Harvey Cushing (1869-1939), quien en 1925 escribió su biografía "The life of Sir William Osler", que recibió, en 1926, el premio Pulitzer. Esta biografía oficial, redactada por encargo de los discípulos y admiradores del maestro, más que un retrato crítico, constituye una verdadera hagiografía. Así, su grandeza se intuía desde niño y ninguno de sus actos puede empañarla. Esta visión fue indiscutida durante años, probablemente porque al indudable prestigio del biografiado se añadía el de su autor. No sorprende por tanto, que a su alrededor se haya creado una auténtica mística del personaje, inclusive se habla de él como el santo. Ensayos biográficos posteriores, especialmente el reciente libro de Michael Bliss, "William Osler. Una vida Entregada a la Medicina", han servido para acercarlo a un mundo real, en el que todos tenemos virtudes y defectos.
Sucesor de Osler
El sucesor de Osler en el Johns Hopkins fue cuidadosamente seleccionado. Luego de un detenido análisis de los candidatos, el nombramiento recayó en Lewellyn F. Barker, quien había ingresado al Hospital años antes como profesor de Anatomía, y se destacaba como un profundo conocedor de las ciencias básicas. Es de advertir que el candidato de Osler era William S. Thayer (1864-1932), residente formado por él, y que se desempeñaba como Profesor Asociado de Medicina. Pero el Consejo Directivo, con el argumento de que era necesaria la presencia de un profesor que hiciera énfasis en las ciencias básicas en la enseñanza de la medicina, ratificó sus preferencias por Barker.
Librería osleriana
Osler fue un gran colecccionista de libros de Historia de la medicina. Después de su muerte su colección de más de 7.000 volúmenes formó la parte principal de la Biblioteca de Historia de la Medicina de la Universidad McGill, que fue fundada en 1929, conocida como la librería Osleriana.
Sus aforismos
Indicó que "nosotros estamos en esta profesión por vocación, no por negocio; una vocación que exige constantemente auto-sacrificio, devoción, amor y ternura hacia sus semejantes. Al caer a un nivel puramente empresario, su influencia desaparece y la auténtica luz de la vida se apaga. Deben trabajar con espíritu misionero, con un aliento de caridad para sobreponerse a las pequeñas envidias de la vida". También decía que "Ver enfermos (Práctica) sin leer libros (Teoría) es como navegar en el mar sin tener cartas de navegación, pero leer libros sin ver enfermos es como nunca navegar".
Decía que "Ser buen médico significa poseer conocimientos y tres H: Humanidad, Humor y Humildad". Por último entre otras cosas decía: "Observar, recopilar, clasificar y comunicar. Usad vuestros cinco sentidos. El arte de practicar la medicina sólo se aprende con la experiencia, no es una herencia, ni puede ser revelado. Aprended a ver, oír, palpar y oler; sabed que sólo merced a la práctica se puede llegar a ser un experto. La medicina se aprende al lado del enfermo y no en el aula. Mirar, razonar, comparar y controlar. Pero primero mirar. Dos ojos no ven igual la misma cosa, ni dos reflejos reflejan la misma imagen. Permitid que la palabra sea vuestra esclava, pero no vuestra dueña" "Vivid en la clínica".
Resumen
Fue un médico muy admirado en su época por sus contribuciones a la enseñanza de la medicina. Se formó y trabajó en Canadá, Estados Unidos y Gran Bretaña y escribió The Principles and Practice of Medicine (1892), uno de los principales y más influyente libros de texto en el campo de la medicina interna. Osler no fue un innovador, pero sí un erudito y un magnífico clínico, observador atento y descriptor de la evolución natural de las enfermedades. Fue un gran profesor y un gran maestro. Quizás su atractivo más relevante residió en el encanto singular de su presencia, en la brillantez de su intelecto, en la belleza de su carácter, a veces melancólico y de su vida, y en el ejemplo que fue para sus colegas y estudiantes.
Sobre su muerte
Además de la angina de pecho que padeció desde 1902, Osler tuvo una neumonía en 1916, y varios procesos infecciosos bronquiales en 1918 y en 1919. En diciembre de 1918 se agravó de una infección pulmonar, y desarrolló un empiema que posteriormente se complicó con una rotura y hemorragia a la cavidad pleural. Su autopsia mostró varios abscesos en pleura y en el pulmón derecho, con una severa bronconeumonía. A nivel cardiovascular tenía una arterioesclerosis grave, con estenosis y calcificación importante de la arteria descendente anterior. Su cuerpo fue velado en la catedral Christ Church en Oxford, y sobre su féretro se colocó su muy apreciado libro, Regio Medici. Su entierro se realizó el 1 de enero de 1920. Su cuerpo fue cremado y sus cenizas reposan en la biblioteca Osler de la Universidad de McGill. Como filósofo, que también lo era, decía: "No deseo más epitafio que la mera inscripción en mi tumba, que enseñé a mis alumnos medicina en las salas del hospital". Su esposa murió nueve años después, y sus restos reposan al lado de su esposo. Al cumplir los 50 años de su fallecimiento, en 1969, el gobierno de Canadá lo honró con una estampilla.